No soy viejo. Soy un niño que viste el traje, de telas desteñidas, con los colores de la vida. Soy el niño de ropas ajadas, que entretenido por el juego, se olvidó de mudar. Rostro de surcos y alegrías marcadas. Semilla esparcida que se hizo flor de sonrisas plantadas, entre riegos de llantos y carcajadas. No soy viejo. Soy el niño pequeño que se queda atrás. El pobre niño al que le cuesta caminar. El niño egoísta con quien ya nadie desea jugar. No soy viejo. Soy el niño mañoso que por no querer comer, castigado en cama sin decir palabra alguna, se dormirá. Soy el niño malcriado que nadie quiere cuidar. Soy el niño de cuerpo adolorido y manos sucias, que cansado se duerme esperando despertar.
Texto agregado el 09-09-2021, y leído por 115 visitantes. (6 votos)