Suplicio parte 18

Nacho aceptó que Gerardo comenzara una relación con aquella chica. Gerardo no se fijaría en él porque no le gustan los hombres. Sheila le dijo que lo mejor era cerrar ese ciclo y comenzar una nueva vida, darse la oportunidad de conocerse a sí mismo para poder continuar, si la vida le ofrecía conocer a alguien más, pues perfecto, pero lo principal era sentirse bien. le dio una oportunidad a Gerardo de verlo como amigo, lo invitó a comer a la casa por el cumpleaños de Sheila.
Todo iba de maravilla hasta que a Gerardo se le ocurrió compartir sus traumantes experiencias cuando fue víctima de trata.
-Era un hombre que se llamaba Cristóbal Herrera. Dicen que es o era médico, y visitaba muy seguido el lugar, siempre pedía sexo con hombres.
- ¿Como se llamaba esa persona? – Sheila preguntó.
-Cristóbal Herrera, siempre pedía estar conmigo – responde Gerardo.
Un silencio se escuchó, un silencio sepulcral y para Nacho continuaba su suplicio. Se levantó de la mesa.
-Perdón, voy al tocador – Nacho se levantó de la mesa y se dirigió al sanitario que está al final de pasillo.
- ¿Pasa algo? ¿Dije algo?
-No, tranquilo. Nacho no se siente bien, la edad – Sheila entendió todo perfectamente.
-Es que su cara cambió de la nada – Gerardo no sabía lo que pasaba.
- ¿Quieren más pastel? – Sheila pensó rápido para sacar otro tema.
-Gracias, estamos satisfechos – respondió la novia de Gerardo.
Sheila levantó los platos y aprovechó para ver a su amigo.
- ¿Como estás? Te están esperando.
- ¿Que está pasando? ¿Qué más falta?
-Tranquilo, sal del baño para que puedas despedir a Gerardo y luego hablamos.
Nacho salió del baño para despedir a Gerardo y a su novia, ellos presentían que algo pasaba.
- ¿Todo bien? – Gerardo le pregunta a Nacho.
-Excelente, la presión no anda bien.
- Sabes que puedes contar conmigo ¿verdad? – Gerardo tomó de la mano a Nacho para demostrarle su amistad.
-Gracias – Nacho soltó la mano de Gerardo, ya no quería sufrir más.
Entraron a la casa y se encerró en su cuarto.
- ¿Qué le pasa a mi papá? – preguntó Gael.
-Se siente mal.
-Quédate aquí en la sala.
Sheila subió al cuarto para ayudar a su amigo.

Continuará…