LARGOS ADIOSES

El amor es culpable
de los prontos enojos,
de la amarga ceguera
por su nula cordura;
de la sacra locura,
de los duros momentos,
de los fríos espacios
en sus tristes encuentros.

El amor es culpable
de las necias manías,
de los celos dañinos
por sus tontas sospechas;
de los pleitos absurdos,
de los fallos pensares,
de los fatuos reparos
en sus fugas soberbias.

El amor es culpable
de las risas burlonas,
de las rabias sentidas
por sus llantos fingidos;
de las torpes acciones,
de las mustias ofensas,
de los cortos adioses
en sus largos finales.

El amor no es culpable
de los cuentos vividos,
de los roces perdidos
en los negros segundos;
de las penas sufridas,
de los suaves alivios,
el amor si es culpable
de esconder lo sentido.

Jerry Méndez