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Soliloquio de mediodía

Por Isabel Rodas

¡Qué olor a pucho! Pensar que antes fumaba y ahora me molesta. Mi primer pucho en la casa de Sole, tendríamos doce años más o menos, fumábamos en el baño y después quemábamos un papel para tapar el olor, qué ilusas, pucho que le sacábamos a su Mamá. Fontanares 12, la marca. Eran refuertes, mi mamá fumaba Jockey club, esos eran más suaves, pero mi mamá los contaba, así que ninguna posibilidad de sacarle uno. Sole… que me llevó a “cococho” cuando me corté el talón con un vidrio¡ cómo sangraba! Nos sentábamos juntas en la escuela. Ella con su guardapolvo almidonado y blanqueado con “azul brasso”, inmaculada, las tablitas planchadas una por una, yo con mí guardapolvo manchado y arrugado que era gris claro.¡ Qué envidia Sole! ¡Cómo te cuidaba tu mamá! doña Ana. Yo era una de las mejores alumnas, ella una de las peores. A mí me daba lástima que no supiera y la dejaba copiarse. Con lo cual ella vivía siempre zafando. Sole, ¿qué será de ella? De la carnicería a la que jugábamos con cáscara de sandía.
El olor y el sabor del guiso de fideos espaguetti de doña Ana, el Talacasto tinto fresco para el padre de ella, don Ozorio, que comprábamos en el polaco. La panadería de Don Castro. Que me pinte los labios de rojo, que haga esto o aquello, siempre mandona.

Fuimos amigas desde los cinco, no seis. Sí, desde primer grado inferior.
“A la ese, ese a, a la jota, jota ka, entre flores y violetas, chumba la leta cómo te va”. El juego se hacía saltando, una al lado de la otra, agarradas de los brazos que tenían que estar cruzados. Y, “don Juan de la casa Blanca, que precisa mi señor, cuántos panes hay en el horno veinticinco y un quemado. Quién lo quemó. Ese pícaro ladrón que está a su lado. Ahórquenlo nomás”. “Al hue, al hue, al huevo podrido”. La farolera. Y su hermano Seba. Yo estaba enamorada y él no me quería, Ja ja. Lo ví hace poco pelado, gordo, sin dientes, de la que me salvé
Daniel mi primer novio de dos días, ja ja.
-¿Querés ser mi novia?
-Sí.
-¿Te puedo agarrar la mano?
Y caminamos dos cuadras… nos vimos al otro día en la capilla del barrio y ni nos miramos. Debut y despedida. Y la canción de la balsa: “Estoy aquí en este mundo abandonado”… Así, la de Sandro… “Así, te dejé ir sin meditar”.
¡Qué olor a pucho, la puta madre, voy a cerrar la ventana!
Me olvidé de regar los malvones. Cuánto hace que no salgo al balcón, creo que desde el mes pasado, debería pintarlo y también darle una repasada de pintura al piso. Me arrepiento de haberlo pintado, pero estaba cansada de ver ese granito antiguo, pero es más trabajo ahora repasarlo con pintura. Parece que están haciendo un edificio nuevo sobre la calle del costado. Espero no nos saque luz. Aunque cómo el nuestro es contrafrente está ubicado hacia el pulmón de manzana, la única luz que corre riesgo es la de una de las ventanas de la cocina. Tengo que hacer las cortinas para la cocina, ¿por qué era que no las hacía? Ah sí, me faltaban unos aritos que no puedo conseguir. Tal vez los tenga el cerrajero, esos que usan para los llaveros. ¿Dónde están mis llaves? No me digas que éste se fue y se llevó los dos juegos. Bueno, no puedo decir nada, a mí también me pasó, pobre. Esa vez que lo dejé encerrado todo el día. Me quería matar. Una de las pocas veces que lo vi enfurecido. Pero, bueno una disculpa y unas lagrimitas y se le pasa. Cómo nos conocemos, él es incapaz de pedir disculpas pero sabe que cuando hizo algo que no me gusta, en la adicional de su tarjeta que yo tengo, algún gasto extra aparece y no dice ni mu. Tenemos que arreglar el tema de las tarjetas. Dar alguna de baja. Ahora que estamos jubilados, debemos bajar los gastos. Y es un quilombo, cómo subieron las expensas.
¿Qué hora es? ¡Ya las tres de la tarde! Voy a comer algo. Siempre queda algo de la noche anterior. No hay nada hecho en la heladera y la mesa llena de migas Ah, lo comió él antes de irse. ¿Por qué no me avisa? Este tipo siempre hace lo mismo. Sobre todo cuando quedan milanesas; se hace un sándwich y deja las migas, no es capaz de pasar la rejilla a la mesa. Y eso no es lo que me da bronca. Me da bronca que no fue capaz de dejarme una para mí.

Texto agregado el 24-08-2021, y leído por 144 visitantes. (1 voto)


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