Es el verde jardín con su manto de flores,
donde el horizonte rojo duerme vestido de nube.
El cántaro de sus pinturas derrama luz,
mi jardín cobra vida, y misteriosamente
la brisa lo acaricia con sus labios, y su risa.
Preso de la grandeza mi grillo Juan canta,
su sueño abandona lleno de felicidad.
El agua corre serpenteando cada rayito,
y se colorea en cada tallo su infinita paz.
Mi jardín es inigualable un ruiseñor descansa,
y su reflejo mágico remolinea, figuras y esferas.
Los tallos danzan, y cada flor su perfume ofrece
llenando todos los rincones del pequeño lugar.
Se mecen las hojas silvestres de pasión,
todo es diferente y profundo como el mar
porque las aguas dibujan coronas de sal.
Un momento eterno vive mi jardín,
susurros de vientos lejanos, momentos
que se unen e intentan la libertad.

Alessandrini María del Rosario