Este es un texto viejísimo, que creo ya alguna vez lo había puesto por aquí. Aquí lo dejo de nuevo.
Me gusta escribir y contar cuentos. Cuando se escribe, se hace con la ilusión de que la idea central sobre la que se desarrollará la historia , sea del peso suficiente para sostenerla y obtener un buen relato; o cuando menos, uno que no se desmorone ante los primeros obstáculos. Es cierto que hay historias tan bien contadas, que algunas, pareciera que no tienen argumento o algún hilo central que las guíe; la mayoría tienen su anécdota y el escritor debe ser muy hábil para encontrar el tono, la forma y los detalles que la harán única. El que escribe siempre encuentra ideas y juega con ellas. A veces vienen solas, suavemente, sin forzarlas; otras llegan como un chispazo, de repente se hace la luz y ya está ahí la idea completa, con todos sus detalles de principio a fín. A veces las ideas, no llegan tan fácilmente y hay que forzarlas para que aparezcan; las musas no acuden y el que escribe se queda con la mente en blanco y exprimiéndose el poco seso que tiene, para poder crear.
A veces llegamos a una idea feliz y la escribimos; son las menos. Las más de las veces, las ideas no cristalizan y se van descartando por diferentes motivos:
Le falta peso a la anécdota.
No se tiene muy claro cómo va a desarrollarse (estilo oscuro, pensamiento oscuro).
Se desconoce el tema del que se quiere hablar.
La idea no es muy original y se parece a otras que ya se han escrito.
No es verosímil (lo cual no significa que no pueda ser de origen fantástico).
Y por infinidad de razones más.
Las ideas rechazadas me entristecen, porque se van prácticamente a la basura o se quedan en algún borrador mal terminado, para ser usadas quién sabe cuándo o tal vez nunca. Vistas con atención, algunas no son tan malas; sólo que no captamos su esencia vital.
En casa, andan regadas por todas partes en viejos cuadernos u hojas sueltas, muchas de estas ideas no aceptadas. Las deseo poner aquí, para darles una oportunidad, de cuando menos ser conocidas. Yo, no he sabido jugar con ellas. Quizá a otros les puedan servir de guía.
1.- La historia, la cuenta el corazón de un bebé recién nacido. Está alegre porque va a servir a una nueva vida. Describe las sensaciones que experimenta él en conjunto con el bebé, para terminar finalmente con que el corazoncito tiene un defecto, está mal y no tardará en detenerse. El corazón se detiene.
2.- Una pareja va de vacaciones a Valle de Bravo o a cualquier otro lugar; alquila una cabaña y disfrutará de caminatas por toda la zona. Encuentran por casualidad una cueva pequeña, donde está olvidado, como si ahí hubiera estado siempre, un libro mohoso y prohibido. Les comienzan a suceder cosas extrañas.
3.- Una pareja se despide por la mañana, mientras el hombre se va a trabajar y la mujer va a un desayuno con sus amigas. Quedan de verse más tarde. Mientras ellas platican, el hombre sufre un grave accidente en el trabajo y es trasladado al hospital agonizando. La mujer le está hablando a las otras mujeres de lo enamorada que está de su pareja. Por su parte, el hombre en su agonía, monologa evaluando toda su vida, hasta que finalmente muere. Nunca van a reencontrarse.
4.- Un hombre entra a la sala de su casa y se pone a ver la televisión. De pronto se da cuenta que un animal muy grande ha corrido bajo un mueble cercano. El hombre está nervioso, busca y descubre al animal; es cuando la tarántula le salta al cuello. El narrador es la Tarántula.
5.- Una mujer tiene constantemente pesadillas; sueña que la acosan los colores, que la persiguen, que quieren matarla. Ella pretende encontrar el origen de tal situación. Se encontrará con una razón que ni siquiera imaginaba, con puertas que no existen pero luego sí.
6.- Un hombrecillo en sus vacaciones decide viajar al país de las matemáticas. Después de su llegada, encuentra a las vocales “o” e “i” que están peleando duramente. Cerca, escuchan sollozar a una “w” minúscula que esta desconsolada porque con ella no se pueden decir palabras hermosas. Los tres deciden ayudarla y emprenden el camino para llegar al castillo del Rey Thomas, donde éste podrá ayudar a la “w” minúscula, operándola. En el camino, encontrarán muchos peligros.
Estas son solo una muestra. No quisiera decir lo obvio, pero es necesario. En las ideas se observan claras tendencias a textos perfectamente conocidos, que hacen que las anécdotas no resulten tan originales. Las historias de Poe, Lewis Carroll, H. P. Lovecraft, M. R. James y otros, se pasean libremente y hacen que las anécdotas elegidas choquen.
Descansen en paz.
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