Cruzar la calle parece ser algo sencillo, así que simplemente das unos diez pasos y llegas hasta el otro lado, has recorrido alrededor de 10 metros, 1000 centímetros, 10000 milímetros… Al subir del otro lado, a la banqueta, notas algo extraño, moverte es más fácil, pero parece algo normal así que continúas tu camino. Al llegar hasta la casa de “esa persona”. Ahí esta aquel humano parado frente a una gran puerta de madera discutiéndose a si mismo si deberá atreverse a tocar o simplemente regresar por donde vino, pero se arriesga. Sin darme cuenta estoy dentro de la casa, y no recuerdo haber tocado.
-Llegue me quede pensando y ahora estoy aquí parado sin nadie cerca –piensa – pero… no importa… ¡¿Hola?!- grita. Y se queda ahí, en medio de tal obscuridad. Aparentemente no hay nadie.
Media hora mas tarde me encuentro corriendo, pero no se por que, estoy asustado, me siento muy ligero, es casi como si flotara, y mi vista comienza a nublar. Te detienes de golpe y sonríes. (“jamás pude entender eso”) Te invade el miedo, pero ahí estas sonriendo.
Al mirar atrás ahí esta eso que tanto teme, pero no sabe por que. Una especie de niebla negra, que se mueve rápidamente, parece una manta cuadrada pero titán una consistencia como de humo y se mueve zigzagueante hacia el. Se da cuenta de que tiene que evitar que lo atrape y vuelve a correr aún sonriente.
Doblas en la esquena y te encuentras cara a cara con ese ser, sabes que es al aunque ahora tenga apariencia humana, con un rostro que te parece muy familiar. Casi como si fueras tú. Pero no es tu rostro, y aunque no es la primera vez que lo estas viendo, te parece hermoso. Te hipnotiza y te diriges a su encuentro (“aquellos ojos, nunca te entiendo”), pero no era aquel ser que te perseguía, si era un humano pero sucede algo extraño cuando casi chocas con el, lo atraviesas y sientes su calor por un instante, luego vez su espalda y se aleja caminado hacia aquella mancha negra flotante.
Corre hacia esa persona y la intenta detener. Pero no puedo, no puedo tocarla, la atravieso y eso me asusta mucho. Y la nube negra ya esta sobre nosotros. Pero yo soy su objetivo, nadie mas, y al tratar de alejarme corriendo me atrapa y ahora me envuelve una obscuridad total.
Al abrir los ojos se descubre de pie frente a la puerta negra pero ahí algo que no va bien.
Al intentar alcanzarla se vuelve algo complicado, es como si la puerta tuviera vida propia. Se mueve de aquí para ya sin moverse. Y recuerdo el instante en que atravesé a esa persona con quien me encontré a varias cuadras de distancia de aquí… y recuerdo que pase a través de su cuerpo. Y siento un frío interno, tengo miedo. Bajo los tres escalos que hay para llegar hasta la puerta negra, --- ¿que esta pasando?- nada tiene sentido. Camino hasta la esquina y veo mucha gente yendo de aquí para allá, la mayoría con prisa, y me siento en una soledad inmensa.
Camina sin rumbo y de pronto se topa con la nada, ahí frente a el, y sin nada para defenderse. – ¿Que hago ahora?- piensa. Pero ya no hay nada que hacer… ahora cae, pero no pierde la conciencia, trata de no caer, siente los pies sobre el asfalto y trata de no perder esa imagen; escucha a la gente que lo rodea, y trata de no perder los sonidos; siente como de vez en cuando alguien lo atraviesa sin darse cuenta (“¿ahora y aparece algo normal para ti?”), y trata de concentrarse en eso; lo única que ha cambiado es que ahora siente que esta cayendo y no ve mas que un gris neutro, muy molesto a la vista, casi doloroso.
-No sé cuanto tiempo ha pasado pero estoy empezando a cansarme de esto, lo mejor será intentar moverme y tratar de no desconectarme de la realidad, tengo que dar un paso… ¡bien!, me puedo mover- doy unos pasos pero continuo en aquella espesura gris que ahora tiene un olor a polvo.
Levanto mis brazos pero no los puedo ver.
Y ahora puedes ver, estas en medio de la calle y los autos pasan a través de ti, pero ya no te sorprende. Subes a la banqueta y miras hacia todas partes en busca de alguna otra cosa extraña, pero además de ti no parece haber algo extraño en esa calle. Te levantas y miras el cielo, hay un molesto sol un horrible día totalmente despejado (“¿no te acuerdas de lo tanto que te gustaban los días soleados?”). Por mas que intentas descifrar lo que esta sucediendo, no puedes, y decides sentarte en la calle a pensar, lo mas lógico es que estés soñando, pero es demasiado relista todo. Metes la mano a tu bolsillo y sacas un par de anuncios que te entregaron hace ya algunas horas. Y el texto es coherente: “¿Buscas empleo? ¡Nosotros tenemos la solución!, sin papeleo, sin…” no, esto no puede ser un sueño.
Al levantarse siente un dolor en el costado derecho, es como si tuviera todas las costillas rotas, pero no es un dolor descomunal. Se pone en marcha hacia ningún lugar y mira a todas las personas que pasan a su alrededor y en su interior. Hasta llegar de nuevo a la puerta negra. Decide segur caminado hasta que llega a una calle donde hay varios policías y un par de ambulancias. Miras al piso y encuentras una mancha de sangre, estas sangrando pero no te duele, y como todo esta tan raro hoy, no prestas mayor atención –tendré que comprar un nuevo suéter- piensas, y continuas caminado pero al mirar en la ambulancia te sorprendes al verte ahí, con un color extremadamente pálido.
Corro para ver mejor y lo único que consigo es chocar contra uno de los policías que hay en la escena, quien me mira y dice -¿Qué haces aquí todavía, ya deberías de haberte ido? ¿O tienes cosas que hacer? Me esta viendo, y choque contra el…-vamos, levántate- me ofrece una mano y me ayuda levantarme, al mirarlo bien me doy cuenta que no parece un policía normal, de hecho hay solo un para ahí como el, y el resto son completamente normales. – ¿Todavía no entiendes que te paso?- me dice- pues no- respondo- es algo sencillo…
Cuatro o cinco horas atrás esta tratando de cruzar una calle lo cual parece algo sencillo, pero parece ser que en realidad no lo fue.
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