Suplicio parte 14

La cabaña no sirvió para que Gerardo se sintiera atraído por Nacho.
- ¿Es tu casa? – preguntó Gerardo sorprendido.
-Mi mamá me la heredó hace años.
- ¿Ya no vive?
-No. Mi papá se casó de nuevo y creció con Magdalena. Aquí venía cuando necesitaba estar solo. Tiene tiempo desocupada.
-Pues está muy bonita y elegante. Nunca había visto algo así.
Los dos pasaron un fin de semana que no sirvió de mucho. Nacho es demasiado romántico, pero no sabía cómo acercarse a Gerardo por miedo a ser rechazado. A Gerardo no le interesaba mucho estar con alguien, estaba enfocado en rehacer su vida.

Dos meses después, Nacho no sabía cómo decirle a Gerardo lo que sentía por él, pero las cosas se le pusieron complicadas porque el joven decidió hacer su vida en otro lado. La cena era para decirle que haría su vida en otro lado.
-Antes de terminar la cena, quiero decirte algo – Nacho estaba esperanzado en que el hombrecillo le dijera algo referente a sus sentimientos.
- ¿Todo bien? – Nacho preguntó preocupado.
-Sí. Estoy agradecido por todo, pero yo debo ir a otro lado. Quiero rentar en otro lado, tener mi casa. Yo sé que necesitas tu espacio y lo entiendo.
-Pero nunca te he corrido de la casa, al contrario. No tienes que irte.
-Lo sé, pero debo hacer mi vida en otro lado.
Aquello fue una bomba para Nacho que no durmió en toda la noche. A la mañana siguiente, Gerardo ya tenía sus pocas cosas en una maleta listo para irse. De un apretón de mano y un abrazo de amigos, Gerardo se despidió de quién fuera su salvador y le dio una segunda oportunidad.

Sheila consoló a su amigo, le contó todo lo que pasaba en el rancho y Nacho lo que pasaba con Gerardo.
-Gerardo no iba a estar toda la vida aquí, tampoco te atreviste a decirle lo que sientes.
-No fue suficiente con llevarlo a la cabaña, ser amable, llevarle el desayuno a la cama, tener todos esos detalles.
-Él puede decir que eres atento. Tienes la oportunidad de decirle que estás enamorado de él ¿Lo ves en el trabajo?
-Sí. Todos los días. Debí decirle -Nacho se lamentó - Cambiando de tema ¿Cómo te la va en el rancho?
-Blanca está cada vez más deteriorada.
- ¿Cuál es su pronóstico?
-Malo. La enfermedad avanza con rapidez.
Y así fue. Seis meses después, Blanquita murió en su cama, dormida y sin sufrir las peripecias de un hospital. Los servicios funerarios se ofrecieron el rancho. Muchas personas del pueblo y del rancho asistieron al velorio. Blanca fue una mujer que le dio trabajo a muchas personas que estaban agradecidas con ella.

Continuará….