Inicio / Cuenteros Locales / tsk / Sobre puertas y ventanas.
Sin ser inglés, era un tipo excéntrico. Se hizo hacer las ventanas antes de la obra que tenía proyectada. Todo giraría en torno a la ventana. La ventana como objeto de culto. Allí, en su amplio corral, las tenía depositadas, para exhibición, a todo el que tuviera curiosidad por verlas. De oro parecían de limpias que las tenía. Pero lo más curioso: sin estar aún puestas. La gente desfilaba como si se tratara de algo importante, pero no eran más que simples ventanas. Tampoco querían quitarle importancia al hecho y había cierta unanimidad sobre su valía. Nadie quería ofenderlo y es que en aquella villa la máxima era la no injerencia. Una no injerencia rayana la cobardía. Y alcanzaron cierta notoriedad en varios kilómetros a la redonda. Quizá por ello se demoraba una y otra vez la obra. Una obra que se pospuso de padres a hijos, generación a generación, hasta que se garfearon y quedaron prácticamente inservibles. Al final casi nadie recordaba por qué estaban allí aquellas ventanas. Los nietos de los nietos acabaron, una buena tarde, por romperlas a pedradas.
El padre puso el grito en el cielo, pues era depositario del secreto, y cuando se descubrió la circunstancia, se instaló el dramatismo en aquella casa. A Victorcito- que fue el que tiró la primera piedra- lo castigaron sin ver tele una semana.
Cuando ya se pasó el enfado, la madre trató de limar asperezas y se empezaron finalmente las obras. El constructor, sin embargo, no entendió nunca cómo había que hacer una obra a la medida de unas ventanas.
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Texto agregado el 06-08-2021, y leído por 100
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