Abre tu boca
hojarasca de cristal
Y cuenta tus inviernos
Desmontados de la bruma,
Un par de aves transitorias
Se posan mojadas en los brazos
De dos lánguidos maderos que hoy
Van a morir en la fogata.
Siento tu viento exterior en los caminos
Tristes, despoblados , mudos , desolados
Como vírgenes sumisas que pisan el hielo por primera vez ; y estaré ahí con mi túnica púrpura escarlata , amortajada y moribunda en los faldeos de un desmayado abedul.

Todo es sombra,
Es vapor de hielo arrebatador,
Es frío,
Ligero frío que me hace
Dormir escuchando su acento ronco,
Sus golondrinas dormidas con las pestañas canas,
Esa cueva con la araña sostenida de perlas transparentes hechas de cuarzo y cielo.
Silencio es todo lo que anhelo y ahí
En las escarpadas sendas montañosas
Me hablan de plena libertad ,
Aunque la vida ya no sea viva sino
Peligro de obtenerla;
Invierno eres, acogedor para el sueño inevitable
De sus Cedros .