Rebuscando un pequeño ápice de lo fuy hace tiempo, me observo desde el punto de vista del que no contempla la realidad ni siente el peso de la conciencia colectiva sobre sus hombros, dándome cuenta que mi visión de mi mismo se ve alterada por la ilusión de mi propio punto de vista distorsionado por las vivencias.

Veo mis miedos, mis errores, mi inseguridad, todo aquello que no dejo traslucir en mi día a día y no pasa nada, no pasa absolutamente nada, solo el viento y el tiempo, solo el tiempo.