"Esta historia esta basada en la vida de una persona a quien amo y admiro, un ser humano simple, sencillo, como vos, como yo, como casi todos nosotros, con el alma buena. No todos los hechos son reales, están recreados por mi fantasía pero no dejan de reflejar algunas de las cosas que realmente le han sucedido. No voy a revelar su nombre, aunque bien podría ser la historia de muchos otros nombres queridos por ustedes. Pues vaya entonces este pequeño homenaje a este ser tan querido por mi y para los otros nombres queridos por otros."


Necesitaba detenerse, el vértigo provocado por su rutina diaria de trabajo lo había alejado de las cosas que siempre consideró importantes. Hacía años que no asistía a los actos escolares de sus hijos, tampoco los llevaba ni los recogía de la puerta del colegio, pero en su fuero mas íntimo se contentaba con saber que gracias a su esfuerzo ellos se educaban como Dios manda. En contadas ocasiones hacía el amor con su mujer, mas por saberse viril y aún activo que por la necesidad de conectar con las emociones, claro que la amaba pero no podía librarse de los problemas que día a día se presentaban, sabía que debía invariablemente mantenerse conectado para hallar soluciones y dormirse pensando en ello, era un recurso casi infalible pues normalmente al despertar y lavarse la cara esas soluciones llegaban, como si en sueños hubiera podido bucear en las profundidades y ver con claridad la raíz de los hechos y entender así como resolver. De alguna manera estaba cómodo con su método aunque a costa de postergar conscientemente sus aspiraciones afectivas y espirituales.

La compañía había logrado superar varias crisis gracias a su tenacidad y su poder de análisis, lo que le trajo el merecido reconocimiento de sus pares y superiores. Había llegado al mas alto cargo posible dentro de la empresa, pero no accedería nunca a una posición jerárquica debido a que no contaba con título universitario con el que asumir responsabilidades de peso, la vida lo sacó de la vida de estudiante y lo obligó a salir tempranamente a trabajar y sostener económicamente a su madre recientemente enviudada y a su hermana menor, era su padre el que traía el sustento al hogar, y en ausencia de él no tuvo mas remedio que ponerse al frente de esa responsabilidad. Sin dudas se hubiera recibido de Contador, Publico, era su vocación, pero simplemente no pudo ser.

Sabía hacía un tiempo que mas temprano que tarde iría a enfrentase con una bifurcación en su camino, su cuerpo le mandaba cada vez con mas frecuencia señales de alerta y disconformidad, lo que lo llevaron a tomarse algunas licencias, muchas de ellas incluso sugeridas por sus superiores quien veían con cierta preocupación el desgaste provocado por las tensiones propias de la actividad, si por ellos fuera lo querrían vivo por toda la eternidad, les era muy útil y harían lo imposible por cuidarlo.
Pasaron algunos años y su corazón se detuvo, un infarto lo quitó del escritorio y lo mandó de urgencia al Sanatorio, su cuerpo cansado de que no escuchara las suplicas decidió por él, ofreciéndole quizá la última oportunidad de salirse del camino. Miguel puso en la balanza sus verdaderos intereses y los sopesó con lo hecho al momento y no dudó. Pidió el retiro voluntario, negoció con la empresa le mantengan la cobertura médica de por vida y un buen dinero para encarar una nueva vida, una nueva oportunidad de la mano de cierta estabilidad económica. La vida le abría nuevamente las puertas, con cincuenta y tantos años en la espalda pero con la sabiduría de haberlos vivido con intensidad. Siempre supo lo que quiso pero tenía las manos atadas, ahora podía decidir por si mismo que camino tomar.


Ricardo Cohen 19/07/2021.