Para derrotar al enemigo se armó hasta los dientes. No contento con ello compró el armamento más letal, armamento como para enfrentar una guerra. Estaba seguro que del enemigo no quedaría ni el nombre. Armó un ejercito de mercenarios y salió a buscar por todas partes a su rival. Lo buscó por tierra, mar y aire, lo buscó hasta en los polos, pero no logró encontrarlo por más que se esforzó. Cansado de buscarlo dio orden de matar a ciudadanos inocentes que protestaban por un mejor modo de vida. Muchos fueron secuestrados, luego aparecieron descuartizados en los ríos. A otros los quemaron vivos y dijeron que se habían quemado en un incendio, otros fueron torturados en los cuartos fríos de grandes súper mercados. Tardó mucho tiempo en darse cuenta que el enemigo era invisible. Por las noches tenía pesadillas terribles en las que se transformaba en un cerdo. Le daba miedo que lo hornearan para celebrar una fiesta. Apenas se despertaba corría a verse en el espejo, en efecto, era un cerdo vestido de traje y corbata al que le dicen jefe de Estado.

AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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