Los parásitos nuevos y los viejos

Jober Rocha

Según informes recientes de los medios, un parásito microscópico, que hasta el día de hoy no había sido identificado por la Ciencia, ha infectado a más de un centenar de personas en el Nordeste del país, provocando graves heridas en el cuerpo y matando al menos a uno de estos pacientes.
Según medios, el análisis del ADN del microorganismo reveló que se trataba de un nuevo parásito, cuyos parientes más cercanos no suelen atacar a los humanos.
- ¿Qué demonios es eso? - Habría preguntado un investigador, cuando el análisis de ADN inicial indicó que el microorganismo no estaba estrechamente relacionado con las otras formas ya conocidas.
- Actualmente hemos notado que, mientras que Leishmania es más alargada y tiene un flagelo (cola) más largo, el nuevo parásito es más plano, ¡con un flagelo más corto! - Habría dicho otro investigador.
Es, por tanto, una opinión de la comunidad científica brasileña que, quizás, estemos ante un problema mayor, debido a la presencia de este nuevo agente infeccioso para el cual la ciencia aún no cuenta con la terapia adecuada.
Si la ciencia biológica se enfrenta a este gran problema, ¿qué diríamos de la ciencia política?
Es un hecho conocido que innumerables parásitos, descendientes de los primeros políticos surgidos tras la proclamación de la república, que lograron castrarse en el gobierno por nepotismo o alguna sinecura, se han ido reproduciendo, desde entonces, de forma endémica y de manera a destruir sus anfitriones gubernamentales según una buena táctica parasitológica.
Nótese, además, que, al igual que los nuevos parásitos biológicos, los parásitos políticos también buscan reducir sus flagelos (colas) manteniéndolos hábilmente aún encarcelados; por lo que es difícil identificarlos como pertenecientes a alguna de las diversas pandillas que asolan nuestra administración pública.
A medida que proliferan, el Estado brasileño corre el riesgo de tener que detener sus actividades por falta de efectivo. Que los gobernadores encuentren una nueva droga que pueda, al menos, mantener bajo control la infestación, bajo pena de la parálisis total de todas nuestras instituciones republicanas...