Del taller más reciente de Haceme el cuento, convocado por Marcelo Arrizabalaga y basado en el siguiente gif:
https://www.loscuentos.net/go.php?hh=54cc4a9e35cddacacdbde79d61671d1f0e772202&url=https://gph. is/g/4gBDoOW

La película la eligió él: Godzilla vs. Kong, porque ella hubiera preferido con seguridad una peli romántica; pero la verdad es que Daniel ya tenía su plan hecho al invitar a Laura al cine. Eran amigos desde hacía algunos meses, la había conocido en una fiesta de la universidad y ahora sabía con certeza lo mucho que ella le gustaba, así que lo del cine era solo un pretexto para declarársele. Tal vez la lucha entre dos monstruos no le interesara demasiado a ella, así él aprovecharía en algún momento de la misma, para “lanzarse al ruedo”.
Daniel adquirió las entradas y pidió que le dieran asientos en la última fila, allí podría a lo mejor, tener más intimidad para realizar lo que se proponía. Compraron un combo parejas y entraron a la sala, que ya estaba a oscura con la proyección a punto de empezar. Medio a ciegas buscaron sus asientos. Ya instalados comenzaron a ver la peli. Laura parecía relajada, pero Daniel no aguantaba el nerviosismo que casi lo traicionaba. Comiendo palomitas y refresco aguantó buen rato, exactamente hasta que Kong y Godzilla se encontraron. ¿Por qué escogió ese preciso momento para decirle a Laura sus sentimientos? ¿Quién lo sabe?
-Laura, necesito confesarte algo. Me gustas un montón y ya no quiero ser solamente tu amigo. ¿Aceptarías ser mi novia?
-¿Qué?- dijo ella medio distraída, muy atenta a la pelea de la pantalla.
-Que si aceptas ser mi novia.
-¿Cómo, ahorita?
Daniel la vio sacada de onda y como si no se diera cabal cuenta de lo que le acababa de pedir. Y es que así era en realidad, ella estaba tan metida en la acción de la película que aquella propuesta la aturdió. Pero él no iba a perder esa oportunidad. Así que reaccionó de una forma inusual y atrevida. Se levantó de su asiento, trepó al respaldo de la butaca delantera sin importarle si estaba ocupada o no, se puso de frente a ella y gritó en voz muy alta para que lo escuchara a pesar del estruendo de lucha que salía de la pantalla:
-¡¿Quieres ser mi novia?!
-¿Qué haces?... bájate de ahí.
-¡Claro que no! – respondió él.
Mientras aparecían los ¡shhhh!, los gritos de callen a ese pendejo, las mentadas de madre y los silbidos.
-Si no me dices que sí, no me bajo.
Y saltando de improviso de butaca en butaca avanzó hacia la pantalla. No se hicieron esperar más insultos de todos los presentes.
- ¡Ya dile que sí a ese güey, para que se calle! – gritó una voz anónima.
Desesperada ante la situación, Laura atinó a decir:
-¡Sí, sí acepto, pero bájate de ahí!
Daniel emprendió el regreso por el mismo camino de ida, mientras seguían redoblados los insultos, sin faltar alguien que intentara darle un golpe. Llegó junto a Laura y con los ojos brillantes de emoción, le preguntó:
-¿De veras aceptas ser mi novia?
-Sí, sí – respondió ella, dándole un beso rapidísimo en los labios; - pero por favor, déjame acabar de ver la película, ¿sí?...