Arrincona a la mujer contra la pared, como tantas otras veces, le coloca la crema lubricante para penetrarla con insaciable lujuria. Cualquier intento de rebeldía será aplastado por la inmensa anatomía autoritaria.
Voy a tirarte a la basura, te quiero poner adentro, donde corresponden todas, con la mugre y los deshechos.
Compra los pantalones con cintura elástica y conforme se van bajando, exhibe su prominente vientre, quienes lo ven y lo consideran apetecible, mientras se masturban de solo pensar en su compañía.
En esta sociedad patriarcal y machista, si hay alguien que se arrogue bisexual, que sea macho, se asuma y lo vaya pregonando por ahí, así saben de forma real quienes tenemos el poder...
Esa noche vuelve de pescar, de encontrarse con su amigo. Demostrando, jactancioso y petulante, quien es el que atrapó el más grande, compra el pescado en la ribera de la ruta y regresa jubiloso.
Será la última vez, promete ella, al verlo entrar.
Sin demorar, furtiva lo espera en la oscuridad, bajo las sábanas y, con una tijera de podar, corta su gran miembro, ahora dormido, pero que hasta hace poco hincaba con desdén en el cuerpo de la mujer.
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