Actualización de fábulas antiguas (2)
Jober Rocha

Muy presente en la literatura infantil, las fábulas son una de las mejores formas de hacer reflexionar a las personas sobre un determinado pensamiento. Sus principales exponentes fueron Esopo, el esclavo griego que la desarrolló; La fontaine; Sá de Miranda; Diogo Bernardes; Bocage y Monteiro Lobato.
Así, la moraleja de la historia resulta ser el momento perfecto para dar una lección a los lectores, enseñándoles los valores morales que tanto escasean en cualquier momento, especialmente en la actualidad.
En vista de esto, decidí adaptar algunas de las antiguas fábulas para hoy.
Que los lectores evalúen la pertinencia de la idea y, además, si los jóvenes de hoy podrán extraer de ellos algunas lecciones morales que los induzcan a hacer o no hacer algo.
1. Fábula del trabajador y del político (la cigarra y la hormiga)
Una vez, cuando llegó el invierno, un político que se moría de hambre (algo que solo ocurre en las fábulas) se acercó a la puerta de un trabajador pidiendo comida. En respuesta a su solicitud, el trabajador respondió haciendo la siguiente pregunta:
- ¿Por qué no hiciste una reserva de comida como hice yo durante el verano?
El político respondió:
- He estado cantando alegremente y disfrutando del verano, viajando por el país y el extranjero en compañía de un amigo contratista de obras públicas. ¡Si supieras lo duro que sería el invierno...!
El trabajador luego dijo:
- Mientras trabajaba duro durante el verano, para tener provisiones y pasar el invierno en paz, tú perdiste el tiempo cantando y caminando con tu benefactor contratista. ¡Que ahora sigas cantando, bailando y viajando! Y que no sea reelegido en las próximas elecciones.

Moraleja: Cualquiera que quiera pasar por las dificultades mientras es joven y puede trabajar, incluso si es un político, debe aprovechar mejor su tiempo. Hay tiempo para divertirse con los altos sueldos de los políticos y para trabajar como cualquier contribuyente corriente.