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Inicio / Cuenteros Locales / larsencito / La caja (I)

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Un matrimonio vuelve a casa, van vestidos elegantes pero algo ajados, parece que volvieran de la ópera. Todo el salón está lleno de cajas de Amazon que hacen las veces de muebles: sillas mesas cuadros...Todos son cajas de cartón. En el centro hay una caja roja -diferente- del tamaño de un frigorífico -muy iluminada con el logotipo de un elefante blanco. Al entrar él arroja las llaves con desgana en un bol de cristal y se dirige a una mesita con unas botellas a ponerse una copa. Las botellas son cajas, los vasos, los hielos… Ella se quita los pendientes –dos cajitas- frente a un espejo de cartón, los mira con lástima y los deja encima en una cajita. Después se descalza y deja los zapatos en mitad del salón. Ambos ignoran la caja roja.
- Margarita – dirigiéndose al dormitorio agotada-: Me voy a la cama.
- Ismael –amable-: Te había puesto una copa.
- Margarita –sin mirarlo-: Estoy agotada… Hasta mañana.
- Ismael –decepcionado-: Pues nada, hasta mañana. Descansa.
Ismael duda que hacer un segundo con una copa en cada mano, vierte el contenido de una en la otra y se derrumba satisfecho de su copa doble en una caja que hace las veces de sillón. Al intentar encender la tele –que es otra caja- se fija en la enorme caja roja que no le deja ver el televisor. Le sorprende. Se dispone a examinarla más detenidamente, pero entra Margarita.
- Margarita –enfadada-: Tú todo lo arreglas con una copa, ¿no?
- Ismael: ¿No sabía que hubiera que arreglar nada?
- Margarita: No te pongas ocurrente, que no es tu estilo. Tu eres más de… eres más de…
Margarita se sienta a su lado, le quita la copa de la mano y pega un buen trago.
- Ismael: Dilo. Si no me importa. Dilo si quieres… ¿no? Pues lo digo yo: -imitando la voz de su esposa- “Tú eres más de quedarte dormido”. ¿No es eso?
- Margarita –indignada-: ¡Te has quedado dormido! ¡Por Dios! Te has quedado dormido en el estreno y delante de todos.
- Ismael: Estaba muy cansado.
- Margarita- irónica-: Tú siempre estás cansado, cariño. Sobre todo para hacer las cosas que me gustan a mí, para eso siempre estás cansado.
- Ismael: ¡Era un rollazo! Si en toda la obra no pasaba nada… ¿Sabes lo que te digo? Que para ver discutir a un matrimonio -y encima sin ganas- no hace falta gastarse 50 pavos en el teatro. Para eso nos sobramos y nos bastamos nosotros dos solitos.
- Margarita: ¡Te has quedado dormido! ¿No me lo puedo creer?
- Ismael: ¿Y qué? Ni que me hubiera perdido el fin del mundo. ¿Qué me he perdido? A ver, di.
- Margarita -condescendiente-: Te has perdido a Samuel Beckett, mi amor. Nada más y nada menos que eso. Te has perdido a Samuel Barclay Beckett.
- Ismael: Yo soy más de C.S.I. Las Vegas Ya sabes.
- Margarita: Cuando te pones así… así en plan chabacano, no te soporto.
- Ismael: ¡Pero si es que no pasaba nada! ¡Eso aburría a las ovejas!
- Margarita: ¿Y que querías que pasará? ¿Que hubiera una invasión alienígena?, ¿una batalla naval en mitad de una tormenta?, ¿una persecución de coches? Es teatro. TE-A-TRO. Y en el teatro no pasa nada, el teatro es como la vida.
- Ismael: Pues sabes lo que te digo, que la vida es un coñazo.
- Margarita –levantandose-: Me voy a la cama, ¿sabes? Yo no tengo porque aguantar esto. Tú sigue ahí atrapado como una cobaya en tu Zona de Confort, haciéndote cada vez más pequeñito. Pero que sepas que hay otros que queremos crecer. Crecer y mejorar.
- Ismael: Puffff. Ya estamos con la dichosa “zona de confort”. Hay alguien que se está forrando a costa de miles de pringadas como tú. ¿lo sabes?, ¿no?
- Margarita: Contigo solo se forra Johnny Walker.
- Ismael –mirando su copa y asintiendo-: ¿Sabes cuál es la filosofía de la “zona de confort”? Pues exactamente la misma que la del valle de lágrimas católico. -ahuecando la voz- “A este mundo solo hemos venido a sufrir”. Encima es una filosofía barata y mucho menos rentable. Porque te quedas sin cielo, sin perdón, sin eternidad...
- Margarita: Me voy a la cama. –Irónica- Tú… ya me imagino que no tendrás sueño.
- Ismael: ¡Me dormí porque no pasaba nada!
- Margarita: Pero ¿Qué querías que pasara, alma de cántaro?
- Ismael: No sé, yo no soy guionista, pero tendría que haber un algo, un misterio, un interrogante, un conflicto… Algo.
- Margarita: No se dice guionista. Se dice dramaturgo.
- Ismael: Lo que sea.
- Margarita: A ver señor dramaturgo y en esta situación nuestra, aquí, ahora. ¿Dónde ves tú el misterio?, ¿Dónde está tu interrogante?
- Ismael: No sé… Así de pronto… Es que no es tan fácil. ¿sabes? Habría que pensar, usar la imaginación…
- Margarita: Vamos…, que no tienes ni idea.
- Ismael –iluminado-: Mira pues sí, pues ya lo sé, nuestro interrogante podría ser esa caja roja. Me fijé en ella antes.
- Margarita: ¿Y qué le pasa a la caja? Será otra de las tonterías que ha pedido mi madre. Como ahora le ha dado por la compra online.
- Ismael: No lo creo. Es roja.
- Margarita: Pues vaya birria de misterio, hijo mío.
- Ismael: Pero tiene algo mucho más extraño. Mira el Logo. Esta caja no es de la compañía.
- Margarita –acercándose a mirar-: ¡Eso es imposible! Pero si ya solo la compañía tiene permiso para hacer envíos.
- Ismael: Sospecho que esta caja es de las antiguas, de las prohibidas.
- Margarita: No me asustes.
- Ismael: Como sea lo que pienso, estamos en un buen lío.
Margarita se horroriza.
- Ismael: Creo que deberías despertar a tu madre.

Texto agregado el 29-06-2021, y leído por 104 visitantes. (3 votos)


Lectores Opinan
30-06-2021 Bien dinámica. Espero que siga. MujerDiosa
29-06-2021 Hace tiempo que no leía algo que me emocionara de principio a fin, ojalá sigás la historia pronto. Saludos. Morirse
 
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