Suplicio parte 8

Nacho le enseñó a leer y escribir a Gerardo. Ignacio comenzaba a recuperar su vida.
-Creo que Gerardo va bien.
-Así es. Y es gracias a ti. ¿Consideras que Gerardo está listo para salir? – lo felicita el coordinador.
-No tuvo ninguna adicción. No cometió ningún delito. Sufrió abuso, pero podría llevar una vida normal.
-Necesita un empleo – En la institución estaban preocupados por Gerardo.
-Por eso no hay problema. La oficina en la que trabajo lo puedo colocar. Hablé con mi jefe. Ya sabe leer, escribir y sabe hacer cuentas. Yo me comprometo a que él termine una carrera.
- ¿Por qué hace esto?
-Porque la vida es muy corta. Hay personas como Gerardo que necesitan una segunda oportunidad.
-Agradezco su nobleza.

A Gerardo le dieron la libertad de salir de la institución. Nacho le abrió las puertas de su casa, la casa nueva.
Nacho tuvo que decirle a Gerardo que tiene un hijo. Se lo presentó.
- ¿Es tu hijo?
-Es una larga historia – Hizo una pausa - Pero puedes subir a tu cuarto.
-Gracias. Todo esto que estás haciendo por mí es demasiado.
-Anda – Nacho le dio una palmada en la espalda.
El joven subió a su cuarto cuando Gael preguntó por su mamá.
-Papá, extraño mucho a mi mamá.
-Lo sé. Tu mamá está trabajando. Pronto vendrá.

Mientras tanto en el rancho, Sheila no la pasaba bien con Eliseo.
-Buenas tardes Blanquita – le dijo Santos a la mayor.
- ¿Mi mamá vendrá? – Blanca pregunta confundida.
-Te presento a Sheila, ella la cuidará unos días – Santos sentía alivio de que Sheila estuviera ahí.
-Yo quiero a mi mamá – la mujer estaba muy ansiosa.
-Tranquila, llamé a tu mamá y pronto vendrá – Sheila intervino.
La mujer se tranquilizó.
-Pero…. – Santos estaba confundido.
-Tranquilo. ¿Puede dejarme sola con ella? Espere afuera por cualquier cosa que se me ofrezca.
-Está bien – dijo el hombre tomando su sombrero y saliendo.
-Blanquita, toma asiento ¿Quieres platicar conmigo?
-Eres muy bonita – Blanca dijo.
-Gracias y también eres muy bonita.
-Hay animales afuera.
- ¿Quieres verlos? – le preguntó Sheila.
-Sí – respondió Blanca.
Después de charlar con Blanquita, Sheila decidió sacarla para que respirara aire fresco.
- ¿A dónde van? – preguntó exaltado Santos.
-Al jardín. Ella quiere ver a los animales.
-Pero el señor Eliseo no le gusta verla afuera.
- ¿Ya vio la ansiedad que tiene la señora? ella está encerrada todo el día.
-Al señor no le va a gustar eso.
Lo cierto es que Eliseo es un hombre rudo, parece no tener sentimientos, siempre está de mal humor, pero eso pasó desde que su esposa enfermó y murió.
- ¿Qué hacen afuera? – gritó Eliseo en el jardín.
-Ella decidió salir – Santos se defendió.
-Decidí sacarla porque la señora tiene un grado de estrés y ansiedad muy alto. Está encerrada todo el día.
-No le estoy pidiendo consejos de cómo cuidar a Blanca – Eliseo levanta la voz.
-Pues debería porque me pidieron ayuda urgente. Y es evidente que usted no sabe cómo hacerlo.
Los empleados miraron extrañada a Sheila y se sorprendieron de cómo le respondió. Eliseo los miró y todos regresaron a sus labores.

Continuará…