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Inicio / Cuenteros Locales / huapi / Paralo!!! que ahi viene (homenaje al Diego)

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El reloj marcaba los 55 minutos del partido pero eso él no lo sabía ni tampoco le importaba. Aun quedaba la bronca de aquella primera anotación antideportiva, una anotación con la mano. Sus compañeros y él seguían con ese gol en la cabeza. La bronca no los dejaba meter en el partido.
Peter ve a lo lejos, que se la pasan al 10. Como buen capitán sigue atenta la jugada mientras empiezan los gritos hacia los costados. Delante de él se encontraban sus dos centrales, los guardianes de su hogar. La pelota en ese momento estaba lejos, pasaba apenas la mitad de cancha, no se imaginaba que era lo que segundos después iba a pasar.
Peter tenía la característica de estar siempre adelantado y cuando la pelota estaba lejos, saltaba y se pegaba con sus manos, para seguir en calor y no perder la concentración. Su mente, aunque no era alguien rencoroso, seguía con bronca de aquel primer gol y puteaba al aire cada vez que podía. Solo habían pasado 4 minutos, tiempo para nada suficiente para olvidar ese suceso y mas estando en cuartos de final de una copa del mundo. La mente de Peter luchaba por dejarse llevar por esa bronca y por meterse rápidamente en el partido. Más aun cuando ve como el 10, ese argentino de rulitos recibe la pelota lejos de su arco y con un solo movimiento, casi de baile o de un torero, se libera a dos de sus compañeros más aguerridos. Y cual torbellino, empieza una carrera hacia su arco, hacia él.
- ¡!!Cuidado que ya viene!!! – le gritaba Peter a Terry Butcher y también a Terry Fenwick, sus guardianes, sus Bulldog.
- ¡!!No lo dejen pasar!!! – repetía Peter a sus soldados más cercanos.
- Cuidado con el pase- Otro de los gritos de Peter a quien quiera oír, ya que veía como todos sus compañeros iban a la pelota y no estaban atentos de los otros jugadores que acompañaban su recorrido como cual lazarillo.
Ya habían pasado 10 segundos de esa corrida magistral y Peter estaba cada vez más nervioso. Sus compañeros quedaban parados y todo artilugio para poder frenar al 10 rival quedaba sin efecto. Fenwick probo con una patada que quedo en ridículo frente a la velocidad y Butcher, el último hombre antes que ingrese al área y el ultimo de sus guardianes, intenta sujetarlo o empujarlo, vaya a saber que, del cuerpo. Lo querían derribar de cualquier manera sin importar que pasara, pero el 10 los esquiva sin despeinarse.
Peter que hace escasos segundos miraba con preocupación cómo se acercaba Maradona, allá lejos, ahora estaba cara a cara con Diego. Era para él una revancha de aquel primer gol, era su venganza de sacarle al 10 argentino lo que más tarde se llamo “el gol del siglo”.
Peter salió apenas del arco mientras Butcher lo iba corriendo de atrás y Fenwick lo iba cerrando, el diez ya sabía de antemano que iba a hacer. El barba, como lo llamo, hizo que recordara una jugada en el estadio de wembley tiempo atrás y cambio. El arco se le iba acercando y agrandando en cada zancada que daba y quería su gol. Tenía el gol entre ceja y ceja. Peter se le acercaba mas y bloqueba su visión. Maradona quería su gol, ese gol que nadie puede objetar y que los dioses rindan homenaje por los siglos de los siglos. Ese barrilete cósmico, según un relator uruguayo, hacia piruetas en un estadio de futbol eliminando adversarios llegando hasta el arco. Que otro destino podía tener?
Peter salió rápidamente y se quedo frente a él, su cuerpo casi en cuclillas se disponía a tirarse frente a sus pies y rescatar la pelota. Peter quería ser el héroe de ese momento y tener su revancha, su venganza. Así que alzo la mirada y cuando vio su movimiento de pies, trastabillo y quedo con su pie estirado hacia la pelota y su cuerpo hacia un lugar vacio. Quedó despatarrado en el piso. El amague que había hecho el genio del futbol mundial fue tan perfecto que lo había dejado una vez más en ridículo, pero en este caso, no tuvo nada de que objetar. Había quedado tirado mirando como Maradona acariciaba la pelota a la red y viendo como su cuerpo caía arriba de Butcher, que no le importó la patada que le pegó en el tobillo y salía rápidamente festejando hacia el banderín del corner en un abrazo fraternal con los hinchas que fueron testigos de aquel momento, abrazados a toda una nación que lo miraba allá lejos, abrazado a la historia y a la mesa de los dioses. Ese día Dios entro en la inmortalidad, ese día Diego se convirtió en Dios. Ese día se había consumado “el gol del siglo”, a los 55 minutos del partido, disputado aquel 22 de junio de 1986. El resultado parcial Argentina 2- Inglaterra 0.
A Peter, como a casi todos sus compañeros, le hubiera encantado poder estar en la tribuna para poder pararse y aplaudir tan bella obra de arte que nadie jamás haya hecho en un campo de juego. Ser testigo de aquel tremendo gol, pero no sufrirlo en carne propia.
Con el correr del tiempo, Peter se levanta algunas noches exudado de la cama, recordando aquel gol. Fue tan rápido y siempre se despierta gritando “Paralo que ahí viene” pero sabe que nadie lo pudo parar y sabe que aquel gol de Maradona fue “el gol del siglo”.

@nahuelroig24

Texto agregado el 24-06-2021, y leído por 123 visitantes. (0 votos)


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