Me perdí en un agujero negro que me llevo a otro universo,
empecé a caer y caer en un vacío sin fin o tal vez ¿simplemente flote? no lo sé,
me deje guiar por una voz, tú voz, que me decía – ven salta conmigo, caigamos juntos –
y aun que la cordura me mando a resistir, mi alma se negó ignorar ese llamado del corazón,
creamos colores, compusimos canciones y yo… yo me permití estrenar emociones.
Esta nueva realidad me invitaba a sonreír, a cantar, a bailar, a ser feliz,
pero el miedo siempre existió, no sabía cómo había llegado aquí,
no sabía si este destino era para mí, o si acaso tu en verdad me querías.
Y de pronto esa fuerza cuántica que nos unió, falló;
no sé si fuiste tú o si acaso fui yo, pero el tiempo juntos se agotó;
nuestra sincronía se perdió y ahora existes en otro universo, en otro tiempo.
Y yo, amor; me quede en este agujero negro, simplemente cayendo,
donde el tiempo no pasa, los colores se borran, pero los sentimientos permanecen,
y aun que dice Dirac que el entrelazamiento cuántico es para siempre,
siento que no te llevaste nada, yo me quede con todo,
y aquí solo hay frio y oscuridad, mientras el universo se derrumba,
y yo simplemente espero… entre frío, oscuridad, y ruina; el tan anhelado fin.
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