En una noche tranquila y apacible
se oía el susurro del joven grillo,
se oía su canto murmurando sensible.
En la oscuridad del verde jardín,
mirando con admiración y asombro
a la rosa y al jazmín.
La rosa estaba dormida y tranquila,
mientras el jazmín miraba con simpatía,
a una margarita blanca y hermosa,
que a su lado habían sembrado un día.
La margarita le devolvía la mirada,
con miedo de que la rosa le viera,
mirando al jazmín que ella amaba.
Pero el jazmín aun así le seguía mirando,
con los ojos de par en par,
con la certeza de que la rosa durmiendo
no le pudiera pillar.
Le dijo el jazmín a la margarita,
con ojos de niño pillo,
muy flojito al oído:
"Hermosa margarita blanca y amarilla,
abrázame un instane suave,
que la rosa no nos ve,está dormida."
La margaita escandalzada,
le volvió la cara triste y desconsolada,
"jamás sería capaz de semejante hecho,
pues la rosa es mi amiga,
y no le traicionaría ni por despecho,
eres un descarado que no tienes corazón,
hasta el día de hoy me creía
que tenías veneración."
La rosa que ya se olía su traición,
abrió un ojo y el otro lo mantuvo cerrado,
para oir la disculpa de su amado
por semejante situación.
"No te lo tomes a mal margarita,
que sólo te admiro por ser bonita,
por tu color tan silvestre y atrevido,
¡me vuelve loco tu color amarillo!
La rosa rosa roja y llamativa
ya no me resulta tan atractiva.
Todos desean tenerla a su lado,
pero como yo, ya,la tuve conmigo,
me dí cuenta de que no es de mi agrado."
El desengaño y el dolor de la rosa,
hizo que ésta se entristeciera,
no quiso abrirse a la mañana siguiente,
por culpa de sus palabras hirientes,
el jazmín se acercó a ella,
con falsedad le dió un beso,
para que volviera a despertar
y seguir con sus mentiras
y así poderla manipular,
con palabras que ella sabía
que no eran de verdad,que le mentía.
"Despierta amor mío,
ya está el sol fuera,ya cae sobre tí
el rocío de la mañana que te hace tan bella."
La rosa,ni caso,como si no oyera nada,
se encerró para sí misma en su mundo,
no quería que nadie la mirara,
triste y desconsolada.
Ahí dentro, lloraba y lloraba,
sin encontrar el consuelo que deseaba,
apagándose poco a poco,
sin importarle nada de nada,
¡ni un pétalo asomaba!,
solo notaba como se desprendian
sin poder recogerlos,
los perdía lentamente
sin que nadie la viera,
ya que el jazmín ojos para la margarita
tan sólo poseía,
aprovechando que ésta dormía.
Cuando se dió cuenta,
al mirar para atrás,observó que su rosa,
la que un día enamoró,
solo tenía espinas,dos hojas
y su tallo sin pétalos,sólo quedaba el dolor.
Por su culpa esa bonita rosa roja
se marchitó de dolor y desamor.
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