Alex Caniggia se encontraba en su estado normal y habitual, o sea, totalmente pasado de drogas, en un estado de delirio total donde cualquier mortal no podría diferenciar entre la realidad tangible, la aparente y la imaginaria. Alex estaba en un ambiente psicodélico, una habitación oscura, llena de humo, con luces rojas y verdes, y música disco de los 70 que sonaba a todo lo que da, y hasta una bola propia de las discotecas.
Alex no sabía si estaba despierto o dormido, solo disfrutaba de aquel viaje, era feliz y no le importaba nada, de repente, en medio de aquellas luces y de aquel humo, como de la nada, apareció una mujer. No era una mujer cualquiera, era una asesina, con guantes negros, que le apuntaba con un revolver con silenciador.
- Hola Alex – le dijo la mujer.
- ¿Quién sos, pana?
- Carla Conte, asesina profesional o asesina a sueldo, como quieras llamarme, también puede ser simplemente “Carla, the Hitwoman”, ja, ja, me contratan para asesinar chabones idiotas e inútiles como vos.
- Primero no creo que nadie te contrate, ¿Quién puede odiarme como para decidir mi asesinato? A Lizardo Ponce le dije que era un Queso, y sí era un Queso, por eso lo asesinaron y le tiraron un Queso. En cuanto a Masterchef, un programa de mierda, porque todo es una mierda.
- Que ser asqueroso y despreciable que sos Alex – dijo Carla – será un gusto asesinarte.
- ¿Y porque me vas a asesinar, pana? Mejor como tenes facha, podemos tener sexo, sexo de high society, te pago el doble de lo que te pagan, a cambio de sex, sex, pana, sex, sex, eso es estar siempre al top.
- Siempre al top, las Quesonas no podemos estar siempre al top, mientras los Quesones asesinan bellas mujeres, las Quesonas tenemos que limpiar al mundo de alimañas como vos.
- Mira, soy un emperador, y estoy siempre al top, pana, dale, ahora estas con canas, ya no sos tan linda, deberías volver al top, pana.
- Que tipo asqueroso – dijo Carla Conte – pero no importa, te daré el ultimo deseo.
Carla tiró el revolver con silenciador al piso y se tiró encima de Alex Caniggia, le arrancó la ropa y casi que lo violó, pues lo forzó a tener relaciones sexuales con ella, fue intenso y rápido, a Alex le gustó mucho, y aunque estaba muy fumado, parecía recobrar la conciencia con aquel sexo, como si el placer y el gozo que le dio Carla lo volvió a un estado de cordura.
- Ahora entiendo todo, vos sos Carla Conte, una asesina profesional, y venís a asesinarme, pana – le dijo Alex.
- Por supuesto Alex – le contestó Carla – y te asesinará con sumo gusto, parece que mi karma es asesinar a gente desagradable y detestable como Emiliano Rella, Nicolás Cabre, Mariano Iudica y Miguel Del Sel. Ahora Alex Caniggia se agregará a mis víctimas. Bueno, también asesiné a un chico lindo como Nicolás Ochiatto, no todos han sido malos. Llegó tu turno, Alex Caniggia.
- No creo pana – le dijo Alex – mira se te cayó el revolver con silenciador, se dieron vuelta los papeles. No me llamo Carlos, no te voy a tirar un Queso, pero te voy a matar pana, ja, ja – efectivamente Alex sostenía el revolver con silenciador – a mi viejo lo asesinó una Quesona, a mi vieja el gran Carlos Bossio y a mi hermana, el gran Carlos Delfino, pero yo romperé el maleficio, porque soy el emperador, y estoy siempre al top. Además vos no existís Carla Conte, a vos te estranguló Carlos Roa y te tiró un Queso. Chau, chau, chau, Carla Conte. Quizás después de esto, cambiaré mi nombre, ahora seré Charley Caniggia. Ja, ja, chau, Carla Conte, te vas al infierno.
Alex disparó, ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ocho balazos…
Pero Carla Conte seguía allí, parada, inmóvil, como si nada…
- ¡No puede ser, pana! ¡O mejor dicho sí, puede ser! ¡No puedo asesinarte porque estas muerta! ¡Asesinada por Carlos Roa!
- No podes asesinarme porque ese revolver tiene balas de fogueo, imbécil, el revolver verdadero, lo tengo yo. El cuadrado se completa y tiene cuatro lados: Claudio Caniggia fue asesinado por Carlota Monzón (AKA Ravelia Zamas), Mariana Nannis asesinada por Carlos Bossio, Charlotte Caniggia asesinada por Carlos Delfino, llegó tu turno, Alex.
- ¡Noooooooooooooooooooooo, paaaaannnnnaaaaaaaaa! – gritó de terror Alex.
¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang! ¡Bang!
Ocho balazos con silenciador, Alex cayó asesinado con las ocho heridas repartidas en todo el cuerpo, la asesina contempló el cadáver de su víctima y tiró el Queso sobre su víctima.
- Queso – dijo Carla Conte – Alex Caniggia.
- Genio y figura hasta la sepultura – dijo Carla Conte y se retiró del lugar del crimen.
- Cobraré una fortuna por esto, porque soy una asesina a sueldo, una asesina profesional, aunque espero que me den víctimas más agraciadas, aunque no esta nada mal esto de asesinar tipos tan repugnantes y repulsivos – le confesó Carla Conte, la asesina, al autor de estas líneas, y así concluyó nuestro cuento.
Quizás para muchos se trató de un simple asesinato, de un Queso más, pero les aseguró que fue un acto de justicia. Una merecida ejecución.
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