Soñé que estaba parado en una puerta negra y los bordes no podía verlos bien pero eran muy altos y no pude apreciar el color ni nada más... Miré mis manos en aquella oscuridad que tan solo estaba iluminada por un faro en el borde de la pared junto a la negra puerta... Era el portero!... Vestía todo de blanco y noté que mi barba era larga y blanca... Recordé el tiempo que estuve en aquel solitario lugar cuando alguien de rostro relleno y ojos agudos y sin cabellos se acercó a la puerta... Puedo entrar?, Preguntó... Inconcientemente quise abrir la puerta y está no se abrió... No se abre, respondí... El hombre mostró el rostro más triste que jamás haya visto y se fue hasta perderse en la oscuridad... Al rato llego un niño de no más de tres años... Y el mismo se acercó a la puerta y está se abrió... Quise apreciar el interior pero solo pude ver el bullicio de un paraíso con sus luces y olores benditos... Caramba, pensé... Algo bueno hice en esta vida... Al rato vino una mujer llena de cicatrices en el rostro... Puedo?, Preguntó... Cogí el mango de la puerta y se abrió apenas la toqué.. Y la mujer entró casi arrastrándose... Parecía haber venido de muy lejos... Sonreí... Y desperté al momento...