Ayer… nuestros cuerpos fueron uno,
envueltos en las flamas de la pasión desenfrenada.
Invisible manto incierto, lluvia tenue,
de sensaciones inundada.
Sorpresa de placer en medio de la nada.
Hermoso cuerpo de mujer, envuelto en llamas.
Éramos mi amor como dos locos
que, atónitos de lujuria encontramos,
el oasis del placer en el deseo
y el sinfín de la pasión en nuestras manos.
De tu sentir, mi boca sedienta, disfrutando
Y en mi rostro, la dicha reflejada.
Tus jadeos: mi ilusión y mi apogeo,
cada vez que veo en vos, esa mirada.
Fuimos dos seres alados, por instantes
Vimos luz entre nosotros, reflejada.
En el corazón, mutuo y unido de los dos,
todo el mundo fue un momento
apenas nada…
Fuimos Cielo e infierno, fuego y agua.