Domingo fresco de otoño. Hace su aparición el sol con sus rayos colmados de brillo. Iluminan nuestro pelo mientras nos acaricia con su prestancia. Su cálido abrazo mima nuestro medio día. El muy atrevido besa mis labios. Tomándome desprevenida entibia con roce perpetuando el arrumaco. Delicado me cobija con su tierno calor. Me entrego sin mesura al exquisito placer que me prodiga. Satisfecha deambulo entre las macetas. Siendo testigo del nacimiento de las nuevos brotes. Espinacas, zanahorias, habas, cebollas. Los pequeños han salido con vitalidad. Tienen la fuerza de pasar entre la tierra. Asoman sus hojas buscando el aire al tibio sol. Pronto crecerán. Emoción cuando llegue el preciso instante de cosechar. Su brillo, su sabor, su color. Cuando llega esa ocasión nada lo puede superar. El prodigio de la naturaleza una vez más. CAL.COR
Texto agregado el 30-05-2021, y leído por 95 visitantes. (2 votos)