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Suplicio parte 4
Gael fue al psicólogo, le ayudaron a entender que Nacho no es su padre biológico pero que era increíble haberlo elegido como padre. También era importante explicarle que ha Nacho no le gustan las mujeres.
Gael hacía muchas preguntas a su mamá acerca de Nacho, pero pudo salir de esa situación.
Para Nacho vendrían cambios, cambios realmente importantes. A Sheila le ofrecieron voluntariado en una institución que se dedica a alojar personas en situación de calle, están divididos por áreas. Los adultos jóvenes están cerca de la salida, los adultos maduros están en el jardín y los viejos en los pabellones al final. En el área de adultos jóvenes estaba un hombre difícil. Su situación no ha sido fácil pero la vida te da segundas oportunidades que no debes desaprovechar.
-Buenas tardes. Soy Sheila ayer me llamaron para venir.
- ¿Voluntariado?
-Así es - responde ella.
-Te mostraré primero el plan que tenemos, visitaremos las áreas para que conozcas a los empleados y pacientes.
Sheila accedió a todo lo que le pidieron en el lugar.
- ¿De acuerdo con todo?
-De acuerdo.
-La misión es que logres sacar a un paciente que tenemos. Es una persona sumamente difícil. Lo único que sabemos de él es que le dicen el “borrego”. No sabemos su edad, su nombre, no sabemos nada de él. Necesitamos que lo saques del cuarto al que se metió cuando lo bajamos de la camioneta ¿Podrás?
-Déjame intentar.
Sheila se acercó a un cuarto oscuro con ventanas maltratadas. El hombre estaba en cuclillas mirando hacia la pared en un rincón.
-Hola – Sheila dijo con miedo – Me llamo Sheila. Quiero ayudarte.
-No. No. No. No. No. Vete.
Era las primeras palabras que el hombre dijo en mucho tiempo.
-Tranquilo.
-Vete, vete, vete, vete.
-Está bien.
Ella se dirigió a la salida quedando en la puerta de pie. El hombre no se movió de su lugar estando así más de dos horas. Sheila se dirigió a la admiración sin obtener éxito.
- ¿Qué pasó?
-Nada. Me pidió que me fuera.
- ¿Cómo te lo pidió?
-Hablando.
-Déjame decirte que tienes un avance. Desde que llegó no había dicho palabra alguna. Es un avance.
Así fue un mes completo en el que el hombre no quería hablar con ella. Pero con el tiempo accedió.
En el caso de Nacho no iba del todo bien.
- ¿Cómo te sientes? – le pregunta su amiga.
-Todo ha regresado a la normalidad, pero me duelen lo huesos, las articulaciones. Tengo la sensación de un hoyo en el pecho. El dolor es insoportable.
-Somos amigos, y en mí tienes un apoyo. Nunca te dejaré solo.
-No tienes que hacerlo. Créeme que escucharme está bien. Tarde o temprano tendré que incorporarme a mi trabajo, regresar a mi vida, pero sin él. Pero cuéntame ¿Cómo vas?
-Bien. Me ofrecieron voluntariado en una institución.
- ¿Cuál?
-Se llama Centro de Apoyo a Personas en Situación de Calle.
- ¿Y cómo te va?
-Bien. Pero hay una persona que la verdad no quiere cooperar. Lo único que sabes de él es que le dicen “el borrego”
- ¿El borrego? ¿por qué?
-Tiene el cabello rizado. Vamos. Acompáñame. En lo que te incorporas a tu trabajo, vamos.
Continuará….
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Texto agregado el 29-05-2021, y leído por 61
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