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Inicio / Cuenteros Locales / danesda / EL TIQUETE DEL SUBTE AUN LO TENGO YO

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Voy a empezar a decirle a todos los genios de la teoría y la reivindicación que no hace falta que me juzguen, yo lo hago todos los días… yo soy quien se siente culpable y quien siente que se le quema la piel al solo pensar en ello. Creí que si metía todo debajo de la alfombra y evitaba verbalizar todo seria invisible, seria como si nada hubiera pasado, seria como una especie de ensoñación macabra y sucia que mi cerebro se invento para “darse importancia”… voy a empezar por decir que yo aun guardo el tiquete del subterráneo con la imagen de aquellos dibujos animados cuya película supuestamente íbamos a ver; cuando todavía creía.
Hay un bar en buenos aires que se llama “El culpable” yo creo que todas mis exnovias van allá y se toman algún fernet en mi nombre, brindan por haberme conocido, yo soy el gran doctorante, el ser que todo lo puede el que puede reclamarte sobre un pollo asado, ganarte un partido de futbol, demostrarle a todos que no son mas inteligentes que yo y además aplastarte como un pollito entre mis brazos mientras me miras con esos ojos cafés que se acostumbraron a tener miedo. Dicen que no tengo moral y a quien le importa que no tengo si al final soy alguien que lo tiene todo.

A mí ni siquiera me caía bien, gomelo, tomador, lleno de tatuajes y con un discurso banal sobre las drogas y por qué los blancos deberían seguir gobernando el mundo; hijo de “gente de bien” padre de discursos barreristas, amigo de mis amigos, demasiado cercano a los míos; pero qué clase de tuyos son los míos si todos me hablaron mal de vos…. Es demasiado peligroso, cuídate, no te dejes embaucar, no permitas que llegue a vos. Pero quienes son ellos si al fin al cabo quien estaba en soledad era yo, quien se perdió en una ciudad extraña y termino dentro de una clínica sin nombre fui yo y quien jugo al príncipe azul y vino a buscarme fue el.

Había un parque al que fuimos juntos, una especie de reserva forestal donde le hable de los poetas que leo, sobre los grupos de futbol que sigo, sobre los planes que tenia para ambos; porque la verdad es que yo nunca le pregunte ella que quería, es mas fui a verla junto con la mujer con la que salía entonces, ella ni se enteró, porque era como un pollito inocente demasiado fácil de aplastar. La senté en mis piernas en la estación del tren y le prometí el cielo y la tierra y ella pareció creerme, quien no cree a la distancia entre el dolor… fue tan fácil que siento que fue su culpa… no debió de ser tan fácil.

La gente quiere que les diga que yo no creía, que fue todo violento desde el principio, aunque de alguna forma si lo fue, yo no soportaba que estuviera a mi lado, cuando le daba por besarme yo retiraba la cara y el parecía no entender, pero el “mandato” así debía de ser todo … ustedes hacen la pareja perfecta…. Y él creía que yo era “tímida en el sexo” cuando a mi el sexo me encanta, pasa que yo nunca quise que me tocara y se lo hice saber con mi cuerpo y mis palabras, con las veces que me negaba a contestar el teléfono o dejaba en visto sus mensajes… claro esta es mi culpa debí de ser más clara, eso dicen todos, eso dirán todos…. Decirle vete a la mierda boludo, vos no entiendes que no me agradas; pero no tuve la fuerza para hacerlo y no me justifico al fin y al cabo quien paga las consecuencias soy yo.

Creyó que había huido de mi influencia al salir de ese país que nos unió, pero se equivocaba hasta aquí vine a buscarla; estaba muy linda, muy tierna (siempre me pareció una especie de ternura virginal) y yo decidí que la destruiría, decidí que me vengaría de sus desprecios y que ella jamás podría hablar de ello en voz alta…. Yo decidí que nadie pasaría sobre mí, que su familia, sus amigos y mis amigos ayudarían con el plan y así fue.

En aquel bar me grito “es tu culpa, todo lo que tocas lo destruyes” y yo me lo creí, tenía un vestido negro y Converse (él decía que yo siempre tenía converse) me tembló la boca, yo soy la culpable de todo, de no poder enfrentarlo, de callar, de saberme destruida, de dejarlo ganar… de sus muertes, des sus miedos, de mi silencio; pero esa noche en aquel bar ya todos entendimos que se había pasado de la raya que no estaba bien que aflorara tanto desprecio hacia mí, recuerdo que frente al lugar había una pared de latón, estaban demoliendo la clínica donde años antes murió mi abuela y hacia allí fui temblando, raspe mis muñecas con el borde afilado y quise que doliera mas por fuera que por dentro, que mi cuerpo ayudara a ahogar los gritos que hacían que mi mente se borrara. Pero no pude, no pude huir, nunca era capaz, era miedo a derrumbar el poco piso que me quedaba, se moría el quien amaba porque no dejar que quien decía amarme me poseyera.

Varios amigos que tenemos en común se lo advirtieron “boluda aléjate de el que es peligroso” pero ella no entendió, en ocasiones creo que soñaba con la casita azul y la verja de madera blanca en el jardín, creo que la gente que crece con ausencias es mas proclive a dejar que los otros pasen sobre ellos y eso me cabrea y lo que mas me cabrea es que se que ella es poderosa, que es una maldita diosa, que nunca conocí alguien mas inteligente, mas fuerte, mas dominante… por eso debía castigarla, no vengan a juzgar porque ustedes no conocieron ese ser que se place de pasear su cuerpo por la vida y nos permite sentirnos menos que un minotauro a su lado…. Ella es mía.

Me aleje o por lo menos lo intente, aquella noche en el bar no soporte verlo gritándome borracho, no soporte la mirada de sus amigos, no soporte ver mi rostro al espejo y sentirme perdida, sentir que sabía que debía hacer, pero no tenía la fuerza para hacerlo. Me dolía tanto la vida, había vuelto para encontrar que la nostalgia había teñido de colores inexistentes un mundo que siempre me resulto gris…. Fue mi culpa y ese día me grite que ya bastaba y me fui, tome un taxi y parti y me sentí liberada y pude ir a nadar con sus amigos y empecé a reírme con los míos y fui al funeral de quien amaba y empecé a afrontar el reconstruir los vínculos que había dejado romper por mi terquedad. Soy un ser terco y en ocasiones despreciable.

La encontré en la calle, yo iba en el auto (la gente de bien siempre tiene un auto que no es propio sino de su padre) le dije que se subiera y lo hizo, quizás no lo pensó mucho, fingimos que íbamos a arreglar las cosas, le dije que lo sentía, aunque no era verdad, le dije que estaba allí por ella y para ella y cuando accedió a subir cerre la puerta.

Subimos y subimos, en realidad yo no tenia miedo; yo no sabía a que debía temer al fin y al cabo nos conocíamos de toda la vida, al fin y al cabo, nuestras familias eran amigas, al fin y al cabo, esas son cosas que solo pasan a las chicas que no se cuidan y mientras caminan en la noche oscura por las vías de un ferrocarril; además yo no llevaba falda, cargaba los converse de siempre, la camisa de flores rosas y un pantalón bastante grueso. No sentí que debía temer y lo deje continuar, solo en ocasiones preguntaba a donde íbamos, pero no contesto entonces no pregunte más… yo tuve la culpa por no preguntar.

Sabía que lo lograría, entramos a la casa que mi abuela tenía por allá en el frio la hice entrar con suavidad y cuando ya estuvo dentro y entendió que nada tenia sentido, cuando le vi el miedo en esos ojos cafés, le cerré la puerta y le di la orden “si quieres salir de aquí tienes que golpearme” ella no lo comprendió en un principio, pero yo si…. sabía que esa era la forma correcta de domar a ese ser mitológico y me sentí poderoso yo ese día sería el dueño de ese poder que ella emanaba porque eso era lo que me enloquecía, que todos se le quedaban viendo, que mis amigos parecían mas amigos de ella que míos, que ella tenia una especie de poder sobre mí, me hacía sentir poco, aunque yo soy el doctorante el hijo del poder.

Me hirvió la sangre, yo estoy en contra de la violencia le tengo entre miedo y un gran rechazo, no tolero la violencia y no creía lo que escuchaba, de que hablaba. Sentía esa adrenalina que se venía por mi medula que me reventaba el corazón, el cuarto era algo simple, había un sofá, una mesa con sus sillas, una gran cama, algunas mesitas de noche un estúpido ventilador que nunca dejo de sonar como una tormenta tropical. Le pregunte que quería, a que se refería, le grite que abriera que yo me iría como fuera, pero que yo no golpeo a nadie, le dije que se apartara, pero no lo hizo y me senté en el sofá, sentía como si me fuera a despertar.

Estaba tan dulce allí sentada, era como si por fin después de tantos años de juegos de dominación ella por fin estuviera a mis pies, pero era tan soberbia que ni siquiera lloraba o rogaba solo se sentó allí como queriendo que yo cambiara de opinión, me le acerque de frente abrí la bragueta del pantalón y la obligue a que me hiciera una felación, le tuve la cara contra mi miembro mientras lo hacia y fue su culpa porque si hubiera querido me pudo morder pero no lo hizo, no lo hizo porque sabia que yo era quien mandaba y porque seguramente lo deseaba. Le veía los ojos y parecían inyectarse en sangre … tenia las manos sobre las piernas, parecía temblar…. Nunca disfrute tanto que una mujer me chupara el pene.

¿Yo no entendía nada, debí morder? ¿Y si mordía? Me mataría, estaba segura que así seria y si no fuera así igual no podía moverme, solo hice lo que pude negocie e intente no vomitar; pensé que si me portaba de forma adecuada el dejaría hasta allí, si me portaba de forma adecuada el abriría la puerta y yo podría irme pero no lo hizo ni cuando se vino en mi boca ni cuando me golpeo la cara porque no pude tragarme su semen, tenía asco tenía ira… quería matarlo pero no podía sabia que si lo hacia el ganaría el me dominaría y lo único que me quedaba era mi capacidad de decirle no.

Me dio rabia que no llorara, que no me mordiera, que fingiera que no le dolía. Tenia que subir la apuesta para asegurarme de que ella tuviera por fin claro quien era su dueño… la tire sobre la cama, me asegure de dañarla lo mas que pude le puse la rodilla sobre la espalda le dije al oído que solo tenia que pegarme para salir, sabía que así ella sería realmente mía, sabía que así la doblegaría completamente, que esa era la única forma de doblegar ese ser mitológico que desde adolescente no solo desee sino que odie, la odie desque que la conocí, la odie por ser tan hijueputamente pura por ser tan hijueputamente inocente, puse mi cuerpo sobre el suyo y ella no se movió así que yo di por hecho que quería, está bien me pidió que parara pero seguía allí así que bueno eso no es un no real.

Me dijo que yo ese día estaba “mucho mas segura sexualmente” yo en mi mente pensaba a que se refería con estar mas segura sexualmente, primero me penetro por la vagina, después creo que lo hizo por el ano; en realidad no les miento si les digo que realmente no se que hizo conmigo porque no sentí nada, es como si mi mente hubiera escapado de mi cuerpo, fingía ternura, fingía que yo importaba, me preguntaba por la familia y los amigos, me hablaba de las playas que conocíamos y de que sabia muy bien donde vivo.

Me empecé a aburrir, porque putas ese ser mitológico que yo consideraba era la mujer mas indomable del mundo no se movía, porque hijueputas no podía venirme en ella, sentí que su pasividad me enfadaba cada vez más, quería que llorara, que gritara, pero no lo hacía. Entonces la tome como un muñeco de trapo por toda la habitación, es tan delgada y pequeña que fue realmente fácil, le dije que nunca me iba a alejar de ella, le dije que era mía y que ella lo sabía … la puse sobre mí y seguía sin moverse, la penetre otra vez y le tome el rostro muy fuertemente … le dije que era muy fácil que, si quería irse solo tenia que golpearme, que la llave de sus salida la tenia ella. Me aburren las “victimas” que tienen la salida tan fácil y aun así no toman la llave, le dije que nunca había sido una mujer mas completa mientras la penetraba intentando hacerle el mayor daño posible ella sabía que debía hacer, solo golpearme para salir… yo sabía que así destruiría para siempre ese ser mitológico que me obsesiona.

Abrí los ojos y lo vi bajo de mi y lo sentí dentro de mi y yo sabía que no debía golpear, que no debía golpear, yo no sabia como golpear pero fue como si un instinto se despertara dentro de mi… la primera vez que lo golpee sentí algo de timidez, algo de miedo, después confieso que me fue gustando cada vez más, empecé a sentir adrenalina y placer en golpearlo primero la cara, luego el resto del cuerpo, de gritar de esa forma violenta sin que mi boca emitiera sonido alguno y seguí golpeando hasta que la cara se le puso roja, hasta que la sangre salió de su nariz…. Él se reía, golpéame y podrás salir… y a mi se me venia mas la ira y lo golpee por todas las veces que me dijo que su misión en la vida era volverme loca. Lo golpee fuerte, lo revente y el abrió la puerta de aquel lugar sonriendo, arregle mi ropa como pude y salí.
Pensé que nunca lo volvería a ver… al fin al cabo él había ganado… me había destruido y yo nunca más volvería a ser la misma, era la culpa y el odio. Lo peor es que ni siquiera podía verbalizarlo hasta hace muy poco, no tengo ganas de ser la victima de nadie, la gente quiere que le diga que me dolió mucho cuando me penetro y que me hizo sentir sucia sus labios en mi cuello, pero a mí lo que me destruyo fue el golpe… los golpes que yo le di.

Deje que pasara un tiempo, que enterrara a sus muertos, viaje, termine mis estudios, mas botones a mi muro del orgullo, sabia todo sobre ella porque la estúpida jamás me bloqueo de nada así que cuando pensé que había pasado el tiempo adecuado volví por ella, le escribí que ya era hora que tenia que entender que todo era necesario, que ella era demasiado soberbia, demasiado dominante que le había hecho un favor que ya que las cosas estaban claras podríamos volver juntos, que ya había despachado a aquella mujer con la que salía a la vez que lo hacia con ella pero no me respondió, volví a escribir y me dijo que entendiera que ella no quería saber de mí, le dije que comprendía (claro es comprensible que estuviera enfadada) pero que yo iba a esperar a que se le pasara y seguí escribiendo, al principio contestaba me pedía no buscarla más, después me rogaba dejarla en paz, después me amenazo con hacerme pedazos…. Es muy ilusa porque aquí el único que tiene la capacidad de destruir al otro soy yo y un día simplemente dejo de responder y esos sí que me enfureció.

Tenía miedo de verbalizarlo, de contarle a alguien lo que había pasado ¿Qué iba a decir? Yo me subí al auto, yo no lo mordí, yo silencie yo deje que hiciera yo no lo bloquee así que pensé que si lo ignoraba terminaría por cansarse de mi pero no fue así, empezó a buscar a mis amigos, a preguntarles sobre mí a mandar mensajes un poco cifrados aunque todos le dijeron que me dejara en paz; pero pasa que ninguno de ellos sabía que él había ganado que le había logrado doblegarme y destruirme y entonces fui yo la que se borro de todo, lo deje ganar, le entregue todo el campo de juego y me quede en silencio. Pensé que así yo podría conservar algo, ya no sería la dignidad, quizás simplemente la seguridad física de la distancia. Pero me equivoque. El que busca siempre encuentra.

Hace poco la vi pasar, ella no lo sabe, ella no sabe que se dónde esta, aunque fingiera que tiene el poder de perderse de mí, ella aun no entiende que soy su dueño, lo fui desde que la conocí y mas desde que la destruí aquel día. Ella sabe que la única persona que pierde es ella…. Yo le escribo y ella no responde…. No me importa. Yo soy quien gane.

Hace poco me enamoré por primera vez y no se porque mi pareja quiso que le contara todas esas cosas que yo había dejado perder bajo la alfombra, le hable sobre el y se enfureció, entiendo lo que siente, pero no sé si el entienda lo que yo siento, no me molesta haber sido carne para alguien. Siento que el sexo no es mas que sexo, igual algunos han accedido a mi con menos violencia física pero quizás con mas violencia emocional. Lo que me duele es que el gano, que el me destruyo que ya no se como se grita, que si intento gritar me ahogo…. Yo siento que amo a mi pareja pero no se si él pueda amarme después de darse cuenta que ya no soy ese famoso ser mitológico o quizás lo siga siendo, solo que ahora ese ser esta quebrado… uno verbaliza y se queda sin nada, siente como se deja de respirar, como la carne quema, como la culpa te llena, se cansa de escucharse… drama… drama… si yo me canso de escucharme porque no lo hará el, es más fácil encontrar mujeres que no estén vencidas, es más fácil y mas superficial jugar con otras, me dice que me ama pero se va a aburrir… yo siento que poco a poco tengo yo otra vez poder. Pero sé que quizás no sea el mismo sino otro, quizás sea yo misma la que un día llegue para destruir finalmente la barrera y hacer que toda la estructura colapse. Lo mas triste es que aun tengo en una caja de latón aquel tiquete de subterráneo con muñequitos de una película que nunca fui a ver.

28 mayo 2021.

Bogotá bajo la lluvia.

Texto agregado el 29-05-2021, y leído por 95 visitantes. (0 votos)


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