no tengo mucho que decir, excepto la de una persona que conocí hace poco... sus ojos brillantes y su mal vestir llamaron mi atención... y su sonrisa era tan hermosa como la de una persona enamorada y pacifica, parecía ser una parte mas de aquella tarde de verano, una pieza mas de la armonía del cielo y el verdor de aquel lugar...
paraba diariamente sentado en la entrada de su pequeña casita que estaba al costado de un edificio bastante antiguo y maloliente... no miraba a las personas, tan solo a los niños y ancianos y una que otro movimiento del cuadro de la vida...
aquella tarde me cerraron el local porque hubo una queja vecinal sobre la mesa del alcalde que no dudó en cerrarme el centro laboral... tenía una soga en la garganta ante tremenda desgracia que sentí injusta, pero, al cabo de un momento pensé que habría un tiempo para descansar de la inercia de la gente...
quedé sentado al borde del local y veía como las personas observaban el panfleto que decía CERRADO... quizás con pena o alegría, eso es algo que uno no puede saber de las personas, pues, son pocos los que traducen su sentir a través de las palabras o gestos... salvo los niños que observaban las puertas cerradas y a mi persona, que, tal como imagino, era bastante penosa... estaba por oscurecer cuando me dio hambre... me levanté y caminé hasta la bodega de la esquina... entré y pedí una lata de cerveza y un par de chorizos... el hombre que atendía me hablaba y preguntaba el porqué aunque sabía que el lo sabía todo... así son las personas cuando saben lo que saben pero su vacío personal las hace querer seguir enterándose de lo mismo... no respondí y salí a la calle... de pronto me encontré con aquel hombre parado sobre la vereda y casi al borde de la pista... pensé que estaba drogado pues tenía los brazos abiertos y los ojos cerrados... me acerqué para prevenirle que un auto podría pasar pero, el muchacho maloliente y de ojos brillantes me dijo: tranquilo... me detuve y supe que veía mas de lo que veía yo en ese instante... no sé porqué me quedé a su lado, quizás no había nada mas interesante que ver... así quedé... cuando se dio un giro de 90 grados y me dijo mirándome a los ojos... es maravilloso todo, no le parece señor?... sonreí y no supe a que se refería, pues lo que veía eran autos ya viejos bajo un techo de un atardecer maravilloso... si, respondí... has visto aquello que no se ve afuera de ti?... no, respondí... cierra los ojos, me dijo... eso hice y bueno, todo negro y miles de pensamientos y angustias se paseaban por mi conciencia como si me interior fuera una pecera que albergara tantos pensamientos como ideas y demás cosas subjetivas... abrí los ojos y el hombre me miraba y con sus manos parecía limpiar un vidrio invisible... qué hace?, pregunté... le trato de limpiar la oscuridad de su mundo interior... como así?... bueno, trato, pero mas bien es una manera de expresar lo que le falta a usted para apreciar lo que tiene dentro... y... qué hay dentro?, pregunté... sonrió y agregó con simples palabras algo que no pude entender pero si sentir, como si fuera un aire puro que emanaba de su boca... hablaba y hablaba y yo no entendía nada, pero si sentía tanta paz, como si la pureza de la vida fuera algo que tocase y me bañaba totalmente limpiando mi alma de tanta bulla interior...
entiendo, le dije... el hombre me miró y meneó la cabeza en señal que no le había comprendido... como te llamas, preguntó... le dije mi nombre y le dije que me gustaría ver lo que el ve... el me dijo que tan solo limpiase la luna que empaña mi mundo interior... y cómo se hace?... solo respira una y otra vez como si fuera un limpia parabrisas... y al poco verás lo que debes de ver... luego se fue a su casita y entró en ella...
me fui a casa... entré y preparé mi cena... terminé y me di un buen baño... llamé a uno que otro amigo para ver la manera de abrir el negocio a la brevedad... me dieron la información de la multa y el castigo por 10 días cerrados... entendí... gracias le dije a mi amigo... y me preparé para pagar la multa y pensar en buscar otro lugar para seguir laborando... luego me acosté... y antes de dormir, recordé las palabras de aquel hombre de ojos brillantes... cerré los ojos y respiré y respiré de una manera mas y mas calmada hasta que de pronto algo pude apreciar... una imagen se mostraba, como un sendero de arenas rojas y verdes laderas con personas y caballos hermosos... vi que se alejaban y vi que aquellas imágenes se develaban por un hueco de luz bajo la oscuridad de mi ser... no dudé en entrar y cruce el hueco negro y pude sentir que había otro mundo, quizás mas verdadero porque, jamás se iría de mí y quizás fuera allí al lugar donde iría al final de todos mis momentos... ciertamente era hermoso saberlo y mas vivirlo...
desde aquel día, cada noche entro en aquel lugar y lentamente se me hace mas y mas familiar... sentí que de allí había venido y el mundo exterior, era algo así como un sueño tan cambiante y caprichoso como un niño que no sabe lo que quiere...