REINA DE BELLEZA
La suerte, al fin mujer, es extraña. De una familia normal, una mujer con raíces otomíes y un español moreno, tuvieron una hija hermosísima, Norma, a tal grado, que ella junto a su mamá parecía que esta última fuera su nana indígena. El padre estaba preocupado pues todo mundo chuleaba a su hija y está se volvió egoísta, muy creída y manipuladora.
Yo trabajo en la fábrica “La Galarza” que produce “el ron bacardi” y está situada en Azúcar de Matamoros, Puebla. Soy publicista y me tocó organizar el certamen de belleza de mi Estado, promoción de mi fábrica.
Puebla es un Estado de bellezas sin par, así, que hubo muchas concursantes. Al final ganó la representante de Cholula y Norma quedó en segundo lugar. Pero misteriosamente la triunfadora fue asaltada por varios malosos que le provocaron una fractura que la imposibilitó seguir en el concurso, por lo que Norma fue Miss Puebla. Ella al saber que mi persona era el organizador me trataba de maravilla, al grado que me enamoré de esta beldad como un adolescente.
Ya en el concurso nacional de Miss México, mi protegida quedó en quinto lugar de las 32 concursantes, así que no tuvo oportunidad de ganar el preciado primer lugar. Fue bueno para mí, ya que nos matrimoniamos.
Tengo muy buen sueldo, pero, no hay dinero que alcance para cumplir todos los caprichos de mi consorte. Había la solución del divorcio, pero ella, no quería por tiquismiquis religiosos, pues es pecado, Su deseo es ser viuda y ya tenía un novio súper millonario. Nos separamos mientras la convencía de la disolución matrimonial.
Fui emboscado cuando viajaba en la carretera Atlixco – Puebla, por sicarios armados de metralletas. Mi ayudante ahí quedó y yo por milagro salí ileso, eso sí, con un shock nervioso. Amerité internamiento en el Sanatorio Español.
A punto de ser dado de alta, aburrido leí “El Sol de Puebla” y en la sección policiaca venía mi caso, donde según las investigaciones, un sicario aprehendido confesó que el novio de mi mujer era el culpable intelectual del atentado. Además, gente de Cholula (según un chisme) en un restaurant había rociado de plomo a mi esposa, a su acompañante, junto con dos comensales más.
No hay que abusar de la suerte, busco a una mujer sencilla, simpática, pero, que no sea una belleza despampanante.
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