Segundo día desde que en Argentina se hizo la MegaPlegaria evangelista para frenar el Covid.

Pasamos de 26.000 a 35.400 contagios con 532 muertes.

La intervención de Dios no se ha hecho notar hasta el presente. Al contrario (en la jerga policial diríamos) está liberando la zona para que trabaje el virus.

El plan oratorio ha fracasado. Dios tiene que dar respuestas inmediatas. No funcionó. Los evangélicos no van a reconocer está derrota, al contrario, se van a enojar con quién les hace ver la realidad.

Yo sigo pensando que:

Rezar es la maravillosa sensación de creer que se está haciendo algo cuando en realidad no se está haciendo nada.