- ¡Ve a trabajar, vagabundo!

Jober Rocha
(Cuento de Humor Sarcástico)

Habían pasado 15 años desde que el joven vivía en esa favela, en lo alto de Morro do Esqueleto, en un suburbio de Río de Janeiro. Tenía dos hermanos de padres diferentes y una hermana del mismo padre. Había nacido allí y, desde pequeño, nunca había sido como sus otros hermanos y algunos amigos del lugar: no le gustaba el fútbol ni el carnaval y nunca había trabajado para el cartel de drogas, cerca de su casa. Lo único que le gustaba era leer y estudiar. La madre solía decirles, a él y a los demás familiares, que viviendo así encerrados en casa, leyendo, ellos nunca estaríam para nada y nunca seríam alguien en sus vidas.
Cierto día un grupo de turistas alemanes, que visitaban Río de Janeiro, subió la colina para conocer de cerca una típica favela de Río.
Uno de ellos, ya viejo y cansado, se sentó en una roca junto a donde estaba el joven, afuera de su choza, también sentado y mirando con tristeza el mar lejano.
El turista, un hombre de pelo blanco y piel muy blanca, era simplemente el rector de una Universidad en Alemania y catedrático de Filosofía, como aprendió el joven hablando con el profesor en alemán. Hablaron durante horas. Hablaron de las teorías filosóficas de Spinoza, Kant, Schopenhauer y Nietzche; sobre la Crítica de la Razón Pura, sobre la Crítica de la Razón Práctica, sobre la Genealogía de la Moral y sobre el Principio de Razón Suficiente.
A partir de entonces, tras el regreso del rector a Alemania, el joven empezó a mantener correspondencia con él. Pronto el profesor invitó al joven a estudiar en ese país, con todo pagado por el gobierno alemán.
Aunque en contra de los deseos de su madre, viajó a Berlín, decidido a no volver nunca a Brasil.
En Alemania finalizó sus estudios matriculándose, posteriormente, en la Universidad, donde, tras finalizar la carrera de Licenciatura en Filosofía, cursó la maestría y el doctorado. Como excelente alumno, con el apoyo del rector, fue nombrado profesor adjunto y, poco después, director general del Departamento de Filosofía de esa Universidad.
A partir de entonces, vivió en un pequeño apartamento alquilado de dormitorio y salón en el centro de la ciudad, tomando el metro a la Universidad todos los días; ya que, con su salario de maestro, todavía no había ahorrado lo suficiente para comprarse un automóvil.
Un día, sintiendo nostalgia en el pecho, decidió venir a Brasil en un vuelo fletado, para ver a la familia que no había visto en casi 20 años.
Al llegar aquí, encontró a su madre en la piscina de la mansión en el rico barrio de Barra da Tijuca, donde toda la familia se había mudado recientemente, sentada en una tumbona, saboreando camarones empanizados y bebiendo champán.
Cuando lo vio entrar, la madre inmediatamente dijo: - Tus hermanos no están aquí. Después de que te fuiste, fueron patrocinados por una ONG extranjera llamada "La pobreza es hermosa". Los dos juegan actualmente para un equipo de fútbol en Italia. Su hermana, descubierta durante el carnaval por los cineastas extranjeros, en la Escuela de Samba United y Apretados, es ahora artista de películas eróticas y reside en Estados Unidos.
Los tres envían dinero cada mes para inversiones que administro comprando bienes raíces, oro e invirtiendo en la Bolsa de Valores. Ya tenemos varios apartamentos en el barrio, además de algunas empresas, acciones y participaciones.
"¿Y cómo te va en Alemania?"- preguntó la madre casualmente?
El respondió, timidamente, que era el Director General del Departamento de Filosofía de la Universidad, con grandes posibilidades de convertirse en Decano en poco menos de diez años.
Luego, saboreando otro sorbo de champán, la madre le dijo a su hijo:
- Bien hecho, quién te dijo que abandonaras tu comunidad y tu país. ¡Yo, en mi corazón, siempre supe que no darías nada, que nunca serías alguien en la vida!
- No vengas ahora a pedir ayuda; porque de mí y de tus hermanos solo oirás: - ¡Ve a trabajar, vagabundo!