Hacia calor en su cama, y con su mano despacio le iba sacando la ropa interior que hace unos días el se habría puesto. Ella iba vestida solamente con una mezcla de perfumes. Nada mas llevaba puesto, nada mas le hacia falta.
El no podía esperar mas, su calor era urgente, necesitaba saciar esa sed que ya cumplía la primer semana. La de ella era diferente, quería sentirse abrazada, protegida, pero tenia miedo. Tenia que encontrar el momento preciso para decirle la verdad.
El entendió y decidió esperarla. Quien sabe cuanto tiempo la esperaría. Podían ser semanas, días, o talvez unas pocas horas.
Sola en la cama de el, ella trata de imaginar como será el siguiente encuentro bajo las sabanas. Tiene miedo, más que miedo siente una confusión profunda por la primera vez. No cree en la existencia del próximo abrazo.