Suplicio parte 2

Sorprendida por la noticia, tomó sus cosas y se dirigió al hospital de inmediato. Sin hacer preguntas, abrazó a su amigo mientras él lloraba sin parar.
La enfermera salió para solicitar que Nacho entrara para hacer los trámites necesarios. Estaba llorando todo el tiempo y no sabía ni su nombre así que su amiga le ayudó con los papeles, el velorio y el entierro. Algunos familiares se enteraron del fallecimiento de Cristóbal y se asomaron por curiosidad. Los que llegaron a ofrecer sus condolencias de manera sincera fueron amigo de la pareja de la comunidad gay.

Regresar a casa no fue fácil, así que Sheila se lo llevó a su casa para que no estuviera solo. Esa idea fue estupenda para Gael, el pequeño hijo de Sheila.

Los días pasaron y Nacho no se levantaba de la cama. La tristeza lo invadía, no comía, no hablaba, solamente recordaba todos los momentos que había vivido con su esposo.

Un mes después de la muerte de Cristóbal, era la hora de regresar a casa a enfrentar todo lo que lo tenía así.
-Debo regresar – Nacho estaba seguro de lo que hacía.
-Pero ¿Te piensas quedar allá?
-No. La verdad, es que esa casa está llena de recuerdos. Necesito comenzar una nueva vida.
-Sabes que no estás solo. Aquí tienes tu casa.
-Lo sé y muchas gracias. Sin tu apoyo yo me hubiera muerto de tristeza.

Dicho eso, Nacho regresó a casa para cerrar todo aquello que no le permitía vivir. Cada rincón de la casa hablaba del amor que se tuvieron y todas las palabras que quedaron ahí, en esos espacios difíciles de llenar.
Sus ojos estaban rojos, su nariz tapada no le permitía respirar correctamente. Cerró los ojos y durmió por varias horas abrazando la ropa que utilizaba un día antes de morir, estaba sobre la cama en la que muchas veces hicieron el amor. Lloró y sacó todo lo necesario para poder continuar.
Nachito decidió regresar a la casa de Sheila, sabía que su amiga se sentía sola, así que regresó para poder continuar con su vida. Las cosas se comenzaron a acomodar, pero hay situaciones que si no explicas se pueden complicar tal y le pasó a Gael.

Continuará…