_ ¿Berenice, me acompañas donde la mamá?
_ Es de madrugada, y mañana tenemos colegio temprano. Tengo mucho sueño; acuéstate a dormir.
_ Pero necesito ir para darle besos y abrazos.
_ Si quieres ir, entonces ve tu sola. Déjame dormir.
Lentamente Cósima baja de su cama, prestando atemorizada atención a cada uno de los sonidos nocturnos, que a esa hora de la madrugada adornaban la oscuridad y el silencio de la noche.
Con suma cautela observa desde el dormitorio que comparte con su hermana, mirando el sombrío pasillo deseando encontrar a "Luna", pero su perrita se encontraba muy cómoda durmiendo en el patio desconociendo los planes de besos y abrazos, que llevaría a Cósima rumbo a cama de su madre.
Dándose ánimos nuestra pequeña heroína de seis años, tomaría con determinación una almohada, y abrazando con fuerzas a "Peresi" (aquel oso de felpa, quién a último minuto decidiera acompañarla), tímidamente se internaría en las tinieblas del pasillo.
_ Mamá, despierta.
_ Cósima mi amor, son las tres de la mañana. ¿Que haces aquí?_ Gloria aun somnolienta ríe al ver a su hija de píe a un costado de la cama.
_ Vine a darte besos y abrazos. Berenice no quiso acompañarme; pero fui muy valiente con la oscuridad_ Respondió Cósima exhibiendo orgullosa la almohada y su fiel escudero "Peresi".
Gloria con ternura la acostaría junto a ella, y Cósima abrazándola fuertemente, haría llegar aquella cariñosa tormenta colmada de abrazos y besos.
_ Mamá, lo que pasa es que cada vez que te veo, solo tengo ganas de abrazarte y darte todos mis besos_ Diría Cósima antes de cerrar los ojos, entregándose a lo que sería una de las mejores noches de su vida.
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