serían mas de las 2 de la madrugada... mis ojos se abrieron y en plena oscuridad pude apreciar un destello, una luz como una nube de algodón... se acercó hasta mí... sentí que era la entrada a mi hogar... quizás el despertar al nacimiento de cada sueño... sonreí y estiré mi brazo y con mis dedos quise tocar aquella luminosidad tan humilde y bella... sentí que la pureza vivía allí... la toqué y mi ser se desvaneció como una vibración de una gota de lluvia en un lago apacible y solitario...
pude apreciar la vida misma no en este ser, mas bien en todas partes... no era un lugar... no era un espacio ni un color... era una vibración hermosa tocando y tocando como una caída de agua sobre mil rocas... estaba en cada parte y su nota era tan conocida... era el conocimiento de todo, y de una simpleza y humildad y poder jamás sentido...
lo supe cuando caí sobre mi lecho de cama... los dolores de un cuerpo ya agotado, el sonido de un silencio imposible y el recuerdo era tan agradable que calmaba toda sed de conocimiento...
cerré los ojos y supe que aquella luz estaba en mí... esperando mi atención... quería jugar... quería amar... quería y quería... y yo recién lo entendía...