Pense en poder mover las cosas aunque me equivoque. Soy absorbido por la pizarra hacia el ciento cuatro. Cual saltimbanqui caigo del Uno recto al cero en pista. Y unas veces con cien otras con cuatro voy por los carriles. Encabritado maldigo estar así por toboganes. Primera verdad Dios maneja el azar indubitable. Y hasta sabe lo que cada quien lleva en el bolsillo. Y desbocado canaleta te saca hasta el hambre. Mas como puedo transgredo el imán de esos números. Atraído fui por unos cartones de la Raspadita. La pinturita me captura de golpe quedando pegado. Hasta que uno adquiere un billete y raspa suave. Siento cosquillas pero guato escalo hacia el rostro. Y yuxtapuesto al bigote que sale adquiero sogas. Por agarrarme de los pelos me salvo del triple cero. Los resultados favorecen a los que saben jugar bien. Dios dará palos al juego miserable de la gañota. Dios es un todo está en todas partes a toda hora. Sin ser pájaros lo mejor será volar a otro condado. Taberna de jazz con humo de tabaco alegres risas. De un saxo cueva del alma errante por esta noche.
Texto agregado el 11-05-2021, y leído por 40 visitantes. (1 voto)