Cambio de Rubro
Me encanta el otoño, porque es la época en que florece mi olmo que me da peras sin que se las pida. Este año parece que hará florecer petunias. Él es así.
Estaba a su sombra cuando llegó a mis oídos un suave tintineo, como de dos fierritos golpeándose, y mis orejas me dirigieron hacia allí, a la terraza de mi amiga la Turca.
Estaba allí sentada, muy concentrada en lo suyo, tanto que ni me vio llegar. Tenía en sus manos dos fierritos de color gris y estaba dele que te dele con algo que… No pude resistir la tentación y me abalancé sobre el… un hermoso ¡ovillo de lana amarillo!
Lo sorprendí dando pequeños saltitos al ritmo de los fierritos que tenía en sus manos la Turca.
- ¡¿Qué estás haciendo gato?!
- La estoy salvando de este pequeño y obeso monstruo amarillo que intentaba saltar para atacarla por sorpresa…
- Dejá de hablar pavadas Salem y deja mi ovillo de lana en paz.
- Ah… ¿es suyo?
- No, está de visita…
- Oiga no me tome el pelo, y antes de seguir le digo buen día
- Eso espero gato, que sea un buen día, igual para vos.
- ¿Se puede saber qué está haciendo? ¿por qué no está su terraza llena de las sábanas blancas de otrora?
- ¿Por qué? A ver… aumentó el agua, aumentó la luz, aumentó el jabón en polvo, por lo tanto mis clientas ahora lavan ellas sus sábanas.
- ¿Y qué es eso que está haciendo con los fierritos?
- No son fierritos, son agujas de tejer, o sea, estoy tejiendo…
- ¿Y para qué?
- Mirá que estás preguntón hoy… no molestes que estoy contando
- Es que estoy intrigado ¿contando qué?
- Los puntos…
- ¿Los puntos de quién?
- ¡Del tejido! ¡BASTA! Me hartaste.
- Uh qué carácter repodrido che
- Me vine a tomar un poco de Sol, y tejer tranquila, relajada… hasta que llegaste vos.
- Si quiere, si la molesto… me voy por donde vine,
- Bueno, chau, que tengas buen día… hasta pronto…
- Pero antes de irme le quiero hacer una pregunta,
- ¡Qué castigo!
- Hago como que no la oí… ¿me dice pa qué está tejiendo?
- Estoy tejiendo un pulóver,
- Yo creí que era un suéter
- Es lo mismo…
- ¿Y para quién?
- Para el que lo compre
- ¿Y amarillo?
- Es color mostaza, y está de moda.
- A mí me parece amarillo
- Bueno, está bien, es amarillo… mostaza.
- ¿Y a cuánto lo vende?
- No sé…
- ¿Cómo que no sabe? Si dice eso seguro que es muy caro…
- En serio, no se a cuánto venderlo, no quiero que sea caro, pero tampoco trabajar gratis
- O sea, que le paguen su trabajo ¿y cuánto tiempo le lleva hacerlo?
- Eso es lo que estoy tratando de saber, pero tengo un gran problema…
- ¿Cuál?
- Es un gato molesto, charlatán y preguntón que me interrumpe, y me hace perder el tiempo.
- Dígame dónde está ese gato que se lo rajo en menos de un minuto… ¿es muy grande el gato?
- ¡Me refiero a VOS!
- Ufa, yo que la quiero ayudar y usté me maltrata
- Es que estoy angustiada…
- Ni le pregunto por qué…
En ese momento interrumpió nuestra constructiva plática la gorda Raquel, que se asomó sobre la medianera para hacer lo que mejor sabe: chusmear. Ya tenía puesto su tapado de piel, dijo que para ahorrar gas, y el olor a naftalina era insoportable.
- ¡Buen día Turca! ¿qué estás haciendo?
- Otra más y van… estoy escribiendo una carta para los reyes magos,
- Bueno ché, que mal humor, ya vi que estás tejiendo… ¿un suéter?
- Si, un pulóver…
- Me pareció que era un suéter.
- Si, son parecidos.
- ¿Es para vos?
- No, para vender,
- ¿A cuánto si se puede saber?
- Depende de la cara de la clienta… no sé, todavía no tengo ni idea, estoy tratando de sacar costos.
- Yo tengo una conocida que andaba queriendo comprar uno, me dijo si sabía de algo lindo, bueno y barato…
- Ajá…
- Bueno, cuando sepas el precio decime, así le aviso y capaz te lo compra…
Y se fue nomás la Raquel…
- ¿Te das cuenta? Todos quieren cosas buenas, lindas y baratas
- ¿Usté no?
- Por eso dije todos, pero esto lleva mucho trabajo, tiempo, dedicación. Es un trabajo artesanal.
- Usté calcule el costo de la lana y las horas, lo suma todo y…
- ESO estoy tratando de hacer Salem, cuando me dejes tranquila voy a poder hacerlo… Le tengo que agregar el costo por la insalubridad generada por gatos molestos.
- Bueno, ya me voy, pero deje que termine mi consejo económico…
- A ver…
- Le decía que una vez que suma todo lo multiplica por cuatro y ya tiene el precio de venta, sin impuestos…
- ¿Y si al cliente le parece lindo, bueno pero caro?
- Entonces le vende un par de agujas ¡y que se lo teja él!
Antes de que me responda la Turca, me di media vuelta y empecé mi marcha de regreso. Mientras me alejaba escuché que la Turca me dijo, si lo vendo bien te tejo uno para vos, pero sin mangas.
Que sea negro le dije… !Pero vos ya sos un gato negro! Justamente –le dije- , pa lo único que me va a servir es pa parecer más grande y amedrentar a otros gatos y levantar gatas.
Como cambió todo, hace un par de años me regalaba latas de atún, igual hoy no me hacen falta, las que había ahorrado las puse en una cuenta offshore. |