La película “Los coristas”, que trata el tema del bullying, nos presenta una trama que se desarrolla en un internado en Francia — una especie de mal llamado reformatorio— que es en realidad un depósito de niños y jóvenes con serios problemas de conducta, considerados como “incorregibles”.
El principal personaje de esta película, dirigida por Christophe Barratier, es un adolescente catalogado como cleptómano e inadaptado social.
La película permite analizar cómo emerge un buen líder en la figura de un preceptor y maestro de música, logrando la formación de un grupo que trabaja en equipo, haciendo descubrir el valor y el talento musical que posee cada individuo, contrario a ineficaces represiones y rituales con que el director del reformatorio intenta, sin éxito, mantener disciplinados a aquelloS alumnos problemáticos, imponiendo su propio sistema educativo llamado “acción y reacción”.
En suma, la película muestra lo decisivas que pueden ser las negociaciones que llevamos a cabo todos los días de nuestra vida, y cómo una injusticia como la de acusar y encarcelar a un alumno por ladrón, sin pruebas que lo confirmen, conlleva a una terrible venganza maquinada durante los años de injusta reclusión, que se traduce en provocar el incendio del reformatorio donde ocurrieron los hechos.
El “agredido” se transforma en “agresor” ya que es la única arma con la que cuenta para responder a una humillación.
Ante una situación de constante denigración sin recibir el apoyo de los adultos responsables, que no actúan ni hacen nada para revertir la situación, la víctima en una primera instancia se queda muda y anonadada. Luego, al encontrarse en un callejón sin salida y ante la falta de recursos para levantar su imagen pisoteada, puede terminar en actos premeditados de extrema violencia como “salir a matar” sin medir consecuencias, o en hechos de suicidio.
Actualmente las redes sociales generan situaciones difíciles de frenar.
Naturalizar diferencias que parecen sutiles, cómo hacer “la vista gorda” ante agravios suavizados que suelen aparecer desapercibidos, han desatado grandes tragedias, generadas por la frustración y el desencanto de un joven —o adulto en algunos casos— por no encontrar un lugar dentro de un grupo.
La película “Elephant”, de Gus Van Sant, trata también este tema y su título alude al hecho de no ver, por parte de los responsables, un elefante dentro de una habitación.
Los testigos de estos casos muchas veces no intervienen en estas cuestiones, justificándolas como que “es cosa de chicos” o diciendo que no se puede hacer en la escuela lo que no se hace en la casa. Así, el silencio puede llegar a convertirse en un pacto mafioso.
En estos casos es importante acompañar también a la familia del agresor, quien es el que necesita ser integrado y el verdadero actor de este flagelo.
Este hecho se hace más difícil cuando se da en las redes sociales, ya que es difícil detectar la raíz del problema, por lo que es necesario controlar a los menores que acceden a este tipo de comunicación.
Debemos tomar conciencia que la segregación que se da en los niños hacia alguno de sus pares comienza con la convivencia con los adultos de su propio medio, donde el niño o joven es testigo de apodos y designaciones denigrantes hacia integrantes de los distintos grupos sociales y culturales que normalmente se da en nuestra sociedad.
No podemos dejar de reconocer que en toda sociedad siempre han existido grupos diferenciados por nacionalidad, raza, creencias, poder económico, etc., lo que genera segregación y malestar, si no se hace lo posible por lograr la integración de tales grupos.
Para terminar con este árido tema, que es sólo un bosquejo de la magnitud del problema que suscita, citaré una manera que actualmente se pone en práctica para erradicar, mitigar, o anular su aparición, y es el hecho de reunir grupos de niños y jóvenes de distintas condiciones sociales, para que puedan integrarse con otros de diferentes barrios o comunidades, formando clubes o pymes que puedan incluirlos, desalentando odios raciales, sociales o barriales.
FIN DE LA PRESENTACIÓN
Nota a los lectores.
Recolecté esta información de los apuntes de una charla a la que asistí hace algunos años y que encontré interesante compartir. Lamentablemente no recuerdo la bibliografía, ni el nombre de los profesores que dictaron el curso, y pude completar este tema con datos que encontré en internet, como por ejemplo, el comentario de las películas citadas.
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