caminaba por las calles a eso de las diez de la noche... era sábado y contaba con 17 años... las tiendas de las calles cerradas, pocos autos... una que otra luz encendida por los faroles de aquel lugar tan comercial que a dicha hora no era mas que otra calle sin alma... de pronto vi sobre una de las tantas vitrinas de aquel lugar comercial ciertos objetos que parecían interesantes... era ropa, mucha ropa y modelos de yeso o algo parecido... y detrás un espejo al cual me vi reflejado y, no me gustó el reflejo... era un muchacho de cabellos largos, ojos asustados y de color de piel mestiza... pero lo que mas me llamó la atención fue el rostro de temor, de un miedo por la vida o algo por el estilo que ya con los años uno lo entiende... de lo que parecía un fin de semana lleno de música y alegría y juventud se volvió en una noche oscura y fría y sin mas alma que la del temor general por todas las calles de aquel lugar tan comercial...
volví a casa y no había nadie mas que mi alma... no encendí las luces y subí a mi cuarto... tampoco encendí las luces y me tiré a la cama, tan fría y sola como la calle en la cual estaba... tuve sueños, hermosos sueños y me puse a pensar en que mi naturaleza estaba hecha de sueños y de un sueño a otro volvería al último de todos los sueños, como que mi naturaleza era esa... algo onírico...
los días y años y mas años pasaron hasta que la vida y la muerte se volvieron en una moneda común... pero aprendí a conocerme poco a poco hasta el día de hoy en que me miro al espejo y veo un rostro hermoso y sonriente, recordando a sus amigos que ya no están, y sobre todo al tiempo que me resta por amar... no sé si a alguien mas... tengo a toda la humanidad para ello... pero al menos un poco de amor para mi mismo... para así dejar al temor y toda la oscuridad de la ignorancia en la vida a un lado...