Hoy, después de un par de meses sin contarme el pelo, me dirigí a la peluquería con el propósito de estar presentable para el carnet de identidad.
Las peluquerías del pueblo se encuentran cerradas por temas de pandemia. Así que la llamé a un número de celular que estaba en la ventana del local. Me contestó y dijo que ningún problema que en cinco minutos estaba ahí.
Cuento corto empezamos a conversar, me cortó un poco, me preguntó por mi vida privada ( la típica) y comenzó a predicarme del tema de Dios y la salvación de mi alma, que era de vida o muerte,etc,etc. La cosa es que la señora me dio una cátedra magistral del tema, con biblia en mano y todo. Y yo eeeh y mi corte? (Que lo hizo en cinco minutos y 2 horas de predicación)
Al final me dijo que, después de todo lo que me contó yo tenía que ir a su casa para que ella me bautizara en una ducha y no se que. Que poco menos fueramos ahora mismo. La señora al parecer estaba que cortaba las huinchas.
Yo obviamente me hice el loco porque eso trae puros problemas. Y no quiero más jaja.
Asi que me pidió mi número y me llamó al rato pero no contesté y dijo que me iba a llamar en cualquier momento. Dios mío te usan hasta de cabrón.