Quisiera decírtelo ahora desde esta misma mesa
que para mí no fue otra cosa que aquella mesa,
en el rincón de los recuerdos que me entristecen,
sentir que no ya no es más que esa vieja lección,
que evoca, que recrea un pasado que se me fue,
la tristeza sin nombre que se sentó conmigo hoy.
Yo quería ser como aquel gentil recuerdo dormido
que me hacía sonreír una vez tras otra, siempre,
como la emoción que aguardaba para despertar,
avivada con aquella mutua mirada de complicidad
aquella que solo nosotros fuimos capaces de ver,
en aquel nuestro silencio compartido y revelador.
Pero es la ausencia la que te hace más presente,
presencia que aguardo como la sombra a la luz,
tu iluminada razón que me trajo el conocimiento,
cómo el pueril alumno que espera ávido la lección
atrevido y decidido quiero yo volver a saber de ti,
de esa naturalidad con que resuelves mis dudas.
Siento que ya no hay más tiempo para la espera,
mi fe es ese recuerdo que me lleva siempre a ti,
entre el largo letargo de todas mis voces calladas
y el ansia de volverte a decir lo que nunca te dije,
esas palabras que nunca me atreví a pronunciar,
aquella mesa que ya no seguirá siendo la misma.
JIJCL 27 de abril de 2021
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