“No habites en el pasado, no sueñes con el
futuro, concentra la mente en el momento
presente”. Buda
Yo no puedo más dejar de pensar en mí,
en todos esos otros yos que me constituyen,
el yo que un día fui, en el que me convertiré,
un diálogo abierto entre recuerdos y deseos,
en la complacencia de este yo que suscribe.
No puedo fijar mi pensamiento en uno solo,
soy legado de mi propio yo y proyecto de mí,
de lo ya vivido y de lo que está aún por venir,
Jano dividido entre esperanzas y experiencias,
un atormentado vivir entre mi principio y mi fin.
No puedo confiar en los dos yos que me cercan,
arrogante el primero, parvo y limitado el segundo,
incrédulo espectador agnóstico de mi yo, dividido
entre la vivencia amplificada de mi autobiografía
y el optimismo cegador de mi fatuo positivismo.
Si no puedo escapar de mi agustino presente,
de un tiempo que no sé explicar con palabras,
ni del despropósito de un diálogo de sordos a tres
no quiero yo atender a más razones que la mía;
viviré mi trinidad mimetizada en mi sola presencia,
ahora.
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