Un alto porcentaje de los habitantes del planeta tierra estaban muy desesperados, ante la aparición de un virus mortal. Después de una cuidadosa investigación, seguida de una minuciosa experimentación, lograron crear una vacuna que detendría la expansión del virus. El ser humano, por naturaleza es malo, sobre todos los políticos y los poderosos que se creen de mejor linaje, frente a este problema sanitario, se saltaron las reglas. Con una serie de triquiñuelas lograron vacunarse de primeros, pese a que la norma decía que los primeros a vacunarse eran los adultos mayores y los enfermos que tuvieran comorbilidades, es decir enfermedades de base.
Las farmacéuticas hicieron un gran negocio, la vacuna se produjo a gran escala. Los pobres estaban muy ansiosos, querían vacunarse cuanto antes, pero los poderosos los sacaban a patadas de los puntos de vacunación, primero tenían que vacunarse ellos, si sobraban vacunas las comprarían para tenerlas de reserva. A los pobres no los alzaban ni a ver.
Los pobres se fueron tristes para sus casas a encerrarse, lo único que les quedaba era cuidarse al extremo. El tiempo siguió pasando, el hambre agobiaba a los hijos de nadie. Y cuando estaban dispuestos a reclamar sus derechos costara lo que costara, toda esa plaga de poderosos murieron. La vacuna no dio el resultado que esperaban quienes la crearon. El virus no tardó en morir, desde ese día la humanidad fue más igualitaria.
AUTOR: PEDRO MORENO MORA
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