El aire frío recorre furioso el tacto de mis dedos con el papel de fumar advirtiendo sutílmente que tarde o temprano debería dejarlo, mientras, miro al cielo y sigo con la mirada una gaviota que sobrevuela la montaña donde estoy, el mar siempre se encuentra más cerca de lo que uno cree.
La deriva, la corriente que te saca de tus adentros y te envuelve en la mediocridad de lo real cada vez se hace más fuerte, más recurrente y mi lucha interna por no ser, es cada día más dura pero sigo intentando agarrarme con fuerza a mi interior aunque no sea políticamente correcto.
Estás últimas semanas he conocido partes, pensamientos ajenos que desconocía totalmente y que me han traído consigo alguna que otra grata sorpresa y tristeza a la vez, sigo sin comprender porque el ser humano no quiere entender al ser humano inventando reglas que eleva al estado sacrosanto, convirtiéndolas en aterradoras concertinas que al intentar superarlas siempre, continuamente algo dentro de ti se desgarra sin ninguna opción de superarlas sin dolor, sin sangrar, entero.
Hemos olvidado el verdadero significado de la libertad del despertar sintiéndote limpio sin tener que cumplir los estereotipos que alguien hace tiempo marcó...
Hemos olvidado ser los que somos, sin más, simple, llano, solo tú.
Me iré para dentro, hoy hace un aire frío y parece que el mar se acerca lentamente. |