Tres semanas, mismo vacío.
Es el mismo, puedo identificarlo.
Es como un agujero negro ubicado justo al centro, en el pecho.
Y podrían colocarme otro vacío al centro, pero no sería el mismo
No sería este vacío.
Y vivo, siento, hablo y lloro con el agujero en el centro
Pero todo se escapa por ahí.
Hace mi voz muda, la piel insensible, las lágrimas oscuras, la sangre rota
Aún así, noto que el agujero se hace más pequeño con el paso del tiempo
Cada vez más denso
Hasta volverse un ser absoluto en el centro
Y llevarme en espiral hacia él hasta desaparecer...