Aprovecho el silencio de tus sueños, para contarte lo mágico que son mis días, cuando traes un recuerdo, que tu boca acusa al viento. Ver tu silueta en contraste con el fondo de una ciudad de luces brillantes, iluminando la noche. El sonido de tu voz, acompañando el ruido del río sonante y constante, en un sin fin de chapoteos. Que magia hiciste la noches, que soñado el día cuando tu cuerpo bailó al ritmo de la salsa, mientras el sol acariciaba tu piel entrando por la ventana, ese olor a comida que brotaba por la puerta, esa picara alegría que perfumaba la casa, mientras yo abría la puerta, ingresando a ese sentimiento llamado hogar.