Se cumplen 2 años y el recuerdo devora mis pensamientos como víbora.
Un recuerdo inmortal q duerme en mi sub consiente.
Una tarde húmeda esperando el encuentro q marcaria una vida para siempre.
Era un escenario perfecto;
Un hermoso cuarto de dos niveles.
Pisos de madera pulida, una cama tímida con mil y una historias sin contar
cálidas Sabanas perfectamente acomodadas, esperando por nuestro sudor...
Descansando en ella, una docena de rosas rojas.
(sin saber que a esa dama no le agradaban las rosas rojas hasta ese preciso momento).
Un aroma que inundaba el ambiente de manera sensual.
Un coquí adorando la mesa de entrada, una extraña música apasionada retumbando el ambiente,
un casillero del diablo enfriándose lentamente y los nervios a flor de piel...
Solo faltaban los protagonistas de ese día que se convirtió inmortal en mis recuerdos.
Un tan esperado primer encuentro, en una bella tarde en aquella anónima ciudad.
Decidí salir de la habitación para que ella la ocupe primero.
Entonces unos minutos después, ella al fin asalta la habitación.
Esperando por ese misterioso Isleño rebelde.
Minutos después entro por la puerta... El ambiente sonríe sigilosamente por las vibras que allí nacieron.
Mis nervios abacoraron mis venas...De fondo una canción que cantaba..."Tu sabes bien, que sería intentar volar sin alas"...
Se escucharon unos tacones caminando apresurado por el piso de madera en el segundo nivel al escuchar abrirse la puerta.
(Ella sabía que me encantaban los tacones adornando sus pies)
Solo se me ocurrió decir; "Gatita estas ahí?"
...Acostándose la tarde...
...unos cuantos bailes y unas copas de vino... Una bocanada de humo de su boca...
Sus manos calientes, las mías frías. Su cuerpo frio, el mío caliente...
Miradas penetrantes, ojos desvistiendo nuestras verdades y un jardín de nervios sobre el suelo.
...Nos visita la noche...
...Las ventanas abiertas desnudas de par en par, de fondo, una ciudad calladamente dormida,
acompañada de un concierto de lluvia con una constelación perfectamente alumbrada de estrellas.
Ellas desveladas, inquietas por ver como estos dos amantes se besaban el alma y fueron testigo a lo lejos de como nuestros cuerpos se bebían entre sí.
Las sabanas abrazadas a nuestra piel...
...Nos visita la madrugada...
...Besos quemados, dedos inquietos, Ropa de Adán y Eva, frio, calor, piel aruñada, risas, música,
el sonido de su piel chocando con la mía, pasión vistiendo dos cuerpos desvelados...
...El sol en su más brillante color...
...vino tinto manchando las sabanas (ya que a ella por sus nervios se le viro la copa en una ocasión).
Un poco de cerveza derramada en el piso de madera en el primer nivel al lado de la mesa,
(cortesía de los descuidos de esa hermosa joven de cabellos largos y negros).
Pétalos de rosas nadando sobre el agua del jacuzzi...
Aroma a sexo...
Y un destello de recuerdos.
Fue lo que se quedo en aquella habitación al despedirnos los dos...
El reloj marco la hora...
Un abrazo desarmado...
Un cementerio de lagrimas...
Un adiós a mi musa.
III
XXI
|