Llegue un poco tarde a ver esta película de la que todo el mundo parecía hablar hace un año y la verdad que, aunque me parece bien esta obra turca del director Mehmet Ada Öztekin no puedo decir que me gusto realmente.

La película nos cuenta la historia de un padre con una discapacidad mental que es separado de su pequeña hija y llevado a la cárcel por el crimen de otra niña (que es más bien un accidente); en la cárcel el padre llega a vivir a la celda #7 donde poco a poco logra ganarse la simpatía de sus compañeros y el director de la cárcel a la par que se va desarrollando una trama de perdida e injusticia a su alrededor.

Debo decir que llore bastante con esta película y soy de esas personas a las que es difícil hacer llorar en el cine; pero cuando termino y me recupere de las emociones iniciales me di cuenta de que había muchas cosas que no se me hacían tan buenas. Primero note que de alguna forma se me hacía simpática la idea de vivir en una cárcel (no sé si las cárceles en Turquía y Corea de donde es la idea original son así) ya que veía que era un ambiente muy pacifico y tranquilo, con instalaciones lindas y donde hasta los presos podían tomar licor y cocinar en su propia celda mientras compartían juegos y risas (bueno así deberían ser todas pero seguro no lo son) y bueno yo siempre pensé que estar en la cárcel era algo terrible no un sitio donde se va a “pasar vacaciones” como de hecho lo indica uno de los personas, así que me pareció una romantizacion cruel de la realidad de las cárceles.

El hecho también de dar a entender que la pena de muerte es de alguna forma fácil de superar y la continua referencia a que las personas con discapacidades mentales “son idiotas con el cerebro del tamaño de una arveja” me enfado, puedo entender que esta frase la dice uno de los personajes pero en general siento que uno se queda con esa idea y no se profundiza adecuadamente en la discapacidad (tampoco es que sea obligatorio para el director hacer esto) creo que se pudo tratar con mucho mas respeto y realismo.

La razón por la que llore es que es una cinta que sabe conmover al espectador, un padre y una niña que prácticamente tienen la misma edad mental, injusticias sociales, solidaridad de grupo, imágenes tiernas (como los dos durmiendo en el camarote o los pájaros) personajes que se revindican de sus pecados por el ejemplo (del personaje bueno inmaculado e inocente que viene a enseñarles moral) y muchas otras cosas que son diseñadas en un guion con el fin de generar lagrimas en el espectador y de alguna forma me sentí enfadada porque no siento que me contaran una historia interesante sino que fue un juego emocional a mi corazón.

No voy a destrozar la película, tiene algunas cosas interesantes, las actuaciones están bien (sobre todo la de la niña) , la fotografía nos muestra algunos paisajes bellos y pues el guion no es un completo desastre si lo vemos desde el punto que realmente conmueve al espectador, incluso al mas duro (como yo) en general es una película como para ver bajo la mantita y con unos pañuelos a la mano, seguro no se me olvidara por un tiempo y pues para quien le guste este tipo de historias esta correcta.