Inicio / Cuenteros Locales / danesda / CHARADA, 1963
Lo primero que voy a decir es que quiero todo el vestuario que usa Audrey Hepburn en esta película (tan sofisticada que parece que ni un pelo está fuera de lugar, hasta la pijama es perfecta) y que la música y Paris me enamoraron, la cinta en si no tanto porque me pareció un poco predecible y con huecos argumentales enormes. Sin embargo, debo reconocer que es un clásico notable del suspenso (más bien cómico) con actuaciones adorables (ame a Hepburn y siempre me encanta ver a James Coburn), escenas muy bien dirigidas, una bella fotografía y una banda sonora inolvidable.
Trata de las aventuras de una joven viuda (que amaba muy poco a su marido) quien se ve involucrada en un juego de espías, ladrones y asesinos quienes buscan encontrar el botín perdido. Hepburn es encantadora, bella, inteligente, dinámica y algo inocente y tiene como coprotagonista a un Grant (25 años mayor) quien juega a ser su galán mientras la cubre de mentiras. Realmente no puedo entender cómo se puede considerar una historia “romántica” a una película donde el galán todo el tiempo engaña a la protagonista. Algunas de las escenas (como la de Grant) bañándose vestido mientras la heroína lo riñe o el descubrimiento de donde está el botín pertenecen y con justicia a la historia del cine y son inolvidables. Una mención muy especial al director de fotografía que nos muestra un Paris también protagonista y a la dirección de vestuario; además de la música (un personaje más en la historia) a cargo del renombrado Henry Mancini.
Un gran clásico que todos debemos ver.
"Nuestra siguiente película juntos era Charada en 1963. Stanley Donen dirigió el guion de Peter Stone. Hay una escena en la película donde Audrey vuelve de unas vacaciones felices de invierno y llega a su apartamento de París encontrándolo despojado de todo lo de valor. El piso desnudo y las paredes son todo lo que permanece. Su marido se había fugado con todos sus bienes mundanos. Ella entra en el apartamento débilmente alumbrado con su maleta e inspecciona la escena. Sus sentimientos son de tristeza, soledad y vulnerabilidad. Para mí, esto se tradujo en un pequeño vals parisino triste. Con aquella imagen de Audrey en mi mente, fui al piano y en menos de una hora Charada fue escrito. Lo compuse para Audrey y Stanley. Ambos sintieron que era perfecto para la película, Johnny Mercer añadió su poesía, y la canción fue candidata a los Oscar ese año" Henry Mancini
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Texto agregado el 29-03-2021, y leído por 54
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